Sero y Mina se quedaron allí, siendo analizados por prácticamente toda la U.A., incluidos Kaminari y Shinsou, el primero con un leve sonrojo en sus mejillas.

-Pst, Sero. ¿Nos vamos?

Él asintió, y salieron de la cafetería. Cuando ya estaba en la salida, Sero se giró y vio a Denki abrazar a Shinsou. Ese pequeño acto por parte del pequeño rubio le provocó un revoltijo en su interior. Tenía ganas de quitar a la copia de Aizawa de en medio y quedarse a Kaminari para él solo.

No fue al resto de las clases y se encerró en su habitación, que quedaba al lado de la del rubio. A las pocas horas le escuchó en el pasillo. Abrió la puerta encontrándolo, obviamente, con cierto chico. Les miró con el ceño fruncido, extrañando a los dos.

-Sero, ¿ocurre algo?-Kaminari le preguntó algo preocupado.

Sin hacer caso a su pregunta, Sero se acercó y tomó a Denki por el antebrazo.

-Si no te importa, te robaré al pequeño rayito por un rato.

Sin esperar respuesta, se llevó al rubio ante la divertida mirada de Shinsou. Sero empujó a Kaminari dentro de su habitación y cerró la puerta con pestillo.

-¡¿Qué acabas de hacer Sero?! ¡Hitoshi y yo íbamos a estudiar juntos!

-¿Desde cuándo le llamas por su nombre? ¿Tanta confianza tenéis en tan poco tiempo?-Dijo mirándole a los ojos.

El tono que usó más la mirada que le dirigía provocó en Denki un escalofrío. Retrocedió un poco al ver que Sero se acercaba a él, y acabó por chocar contra la pared. El pelinegro puso sus manos a los lados de la cabeza del rubio, atrapándolo.

-¿Sero? ¿Qué haces?

-Hacer lo que tendría que haber hecho hace semanas. Cada vez que estabas con Shinsou me daban unos celos terribles, así que ahora hazte responsable.

Cortó la poca distancia que quedaba entre los dos y le besó. Sero mordió el labio inferior del más pequeño, y al notar que abría su boca de la sorpresa introdujo su lengua rápidamente. Denki soltaba pequeños suspiros que alteraban a Sero de sobremanera.

El rubio pasó sus brazos por el cuello del pelinegro profundizando el beso, mientras el otro chico le tomó de la cintura, apretándola con fuerza. Tras unos minutos se separaron jadeando, y dejando un fino hilo de saliva entre ambos.

Sin mediar alguna palabra, volvieron a besarse, subiendo la temperatura que había en la habitación. Sero guió al otro chico hasta la cama y lo dejó debajo de él. Pasó a dar besos en su cuello mientras acariciaba su pecho por debajo de la camisa.

-O-oye, Sero, ¿Q-qué haces?

-Ya te lo dije, voy a cobrarme los celos lindo.-Le sonrió con los ojos brillando y le quitó la corbata del uniforme, usándola para atar sus manos y seguir besando su cuello, dejando alguna mordida que seguramente iba a verse al día siguiente.

El rubio en el fondo estaba disfrutando de las caricias que su amigo le repartía, aunque ya no sabía si eran amigos o no. Llevaba mucho tiempo esperando que Sero se fijase en él, pero era muy despistado, y tuvo que pedir ayuda a su nuevo amigo para al fin lograr que su crush se diese cuenta de sus estúpidos sentimientos, porque él había pasado lo mismo con Monoma.

Cuando Hanta dio una mordida más profunda no pudo evitar soltar un gemido más audible que los anteriores, cubriendo su boca avergonzado, jamás había hecho ese tipo de sonido. No es que fuese inocente ni nada, pero nunca había hecho eso con nadie porque no había tenido pareja, así que no estaba para nada experimentado en esas cosas.

Serokami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora