Capítulo 6

214 9 3
                                    


Despierto en mi cama sin aliento, jadeando, sudando y con el corazón acelerado. Siempre tengo sueños sexuales asquerosos, pero nunca antes había tenido uno como este. Mis brazos y piernas están fuertemente envueltos alrededor de mi almohada. Espera, esta no es mi almohada, ni esta mi cama. Me doy cuenta de que estoy en la oficina del rector, en su sillón, abrazando un cojín. ¿Estoy en problemas? ¿Me van a expulsar? No logro entender por qué estoy aquí.

El rector permanece en silencio durante varios segundos. Miro su rostro, buscando pistas, mientras él pasa las páginas de la carpeta que tiene en sus manos. Mi corazón se vuelve a acelerar. Finalmente, justo cuando pienso que no puedo soportar la espera un segundo más, el rector cierra la carpeta, me mira y se quita los lentes.

— ¿Recuerdas algo de lo que pasó?

Respondo que no con mi cabeza.

— Recuerdo cosas muy locas, que no creo que hayan ocurrido. No recuerdo qué sucedió realmente.

— ¿Locas, como... un par de hombres mono y... una máquina del tiempo?

No puede ser. ¿Quiere decir que no era un sueño? Miro mi ropa, y no la reconozco. Alguien me ha puesto un brasier deportivo negro y unos shorts cortos de licra que apenas cubren mi trasero.

— ¿Dónde... dónde está Krog? —pregunto mirando a todos lados.

— ¿Krog? ¿Así es como llamas a la criatura que estaba contigo cuando te encontramos?

De repente me siento temerosa de revelar demasiada información, y no contesto.

— Él está bien. Lo hemos tenido que sedar, pero se encuentra bien. Está en una de las celdas subterráneas.

¿Por qué una universidad tiene celdas subterráneas? Algo me dice que todos en este lugar están dementes, y que tal vez el laboratorio de los nerds no era tan secreto como pensé.

El rector respira hondo y suspira, levantándose lentamente. Se quita la chaqueta y la cuelga sobre el respaldo de su silla de cuero, luego se afloja la corbata y camina alrededor de su escritorio.

— Alessia —dice—. Espero que seas consciente de que después de lo que hiciste, tu vida está en mis manos.

Lo miro confundida, y entonces recuerdo los cuerpos muertos en el laboratorio, lo que me provoca unas náuseas terribles, que me hacen terminar vomitando en el cesto de basura junto al escritorio.

— Tenías un futuro. Pronto terminarías tu carrera, tal vez hasta te casarías y tendrías hijos. Pero ahora no podrás hacer nada de eso porque te has visto involucrada en una masacre a la que no le podemos atribuir una explicación creíble ante el mundo.

— ¿De qué está hablando? Yo no maté a nadie —protesto.

— ¡Cállate! ¿Crees que alguien va a creer eso? —dice riendo—. Déjame decirte que, además de mí, solo un par de personas están al tanto de lo que ocurrió en ese laboratorio—. Su tono de voz se va volviendo cada vez más macabro—. Y los tres hemos llegado a la conclusión de que ahora estás en nuestras manos, y de que sacaremos provecho de eso.

Lo miro con odio, intrigada por sus posibles intenciones, pero no logro que mi mente esté completamente presente en este lugar y momento. No dejo de pensar en Krog, y temo que en este momento lo estén torturando o haciendo algo peor.

— Me gustaría ver qué tan dispuesta estás en cooperar. Como te dije, lo que pasó en el laboratorio no se ha hecho público, y si te portas bien, podemos acomodar todo para que no te veas involucrada cuando la noticia salga —dice mientras camina hacia mí—. Primero, vendrás aquí y te arrodillarás.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 26, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Sometida por la prehistoriaWhere stories live. Discover now