Aquél día que Dazai dejó la Port Mafia, fue cuando Chuuya descubrió en su interior cuanto podía odiarlo, pero también, todo lo que lo amaba...
Soukoku +18 DazaiXChuuya
[COMPLETO]
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Tal vez he estado pensando todo esto ahora que he regresado de nuevo a Japón. Debí quedarme lejos, donde al menos eran menos terribles estos pensamientos y sentimientos me supongo por la lejanía.
Cuando llego al edificio de la Port Mafia, para reunirme con mi jefe, veo que hay preocupación entre los miembros generales y me pregunto qué es lo que está pasando para que se sienta este ambiente. Sabía que andaban tras de un hombre con una habilidad sorprendente, por el que la Port mafia recibiría millones de yenes, pero no imagino si eso es lo que les está causando tal conmoción.
—Eh, Chuuya-kun, que bueno verte después de tantos meses lejos. Supe que la misión fue todo un éxito. Felicidades.
—Gracias Jefe- respondo, estando frente a frente con Mori-san.
—Ahora que has regresado, necesito tu apoyo con el tema del hombre tigre, supongo que habrás escuchado de ello.
—Un poco, solo sé que es un hombre con una habilidad sorprendente.
—Es un joven que ya ha demostrado frente a miembros de la Port Mafia su poder. Vale millones de yenes. Pero está al cuidado de alguien de quien solo tú te puedes encargar, mi querido Chuuya-kun.
—¿A qué se refiere, Mori-san?
—Dirígete al lugar que te indicaré y lo sabrás...
Salgo del lugar desconcertado por el misterio de mi encuentro futuro con no sé quién. Pero da igual, no es como que no pueda hacerme cargo de ello ni como que al jefe no le guste ser de este modo en la mayor parte de las ocasiones.
Cuando por fin doy con el lugar ya comienza a caer el atardecer. No parece haber nadie cercano, y, encuentro unas escaleras desde donde, al fondo, percibo un ligero ruido. Cuando las bajo, doy unos pocos pasos adentro, y, al mis ojos acostumbrarse a la luz que se refleja de afuera y a la poca que hay adentro, el ayer regresa a mí como si fuera un hoy... No puedo creer lo que veo; a quien veo. Pero es así, y, mi nombre dicho en su voz, me lo comprueba.
"Hola, otra vez", o, simplemente "Adiós, por fin"...
—Chuuya...
Dazai está al fondo, atrapado a la pared con unas esposas que mantienen sus brazos en lo alto, como si de un juego se tratase por parte del destino. Mi corazón se detiene, y siento mis manos temblando, mientras, después de todos estos años, puedo mirar su rostro.
No ha cambiado en nada, o tal vez sí y no lo noto del todo. Únicamente lo veo más alto, con sus cabellos alborotados y sus brazos llenos de vendas. Lo veo, con esos ojos llenos de misterio, de ese tono café que tanto extrañé y del que me desesperaba no poder recordar su matiz exacto por completo. Ahora es tan alto, tan perfecto; tan él...
—Dazai... —atino a responder, con mi interior revuelto por la conmoción.
—Hola, Chuuya —me dice, como si las noches sin luna y sueños nunca hubiesen existido. Como si fuese así de fácil decirle "Hola" a un amigo al que dejaste de ver cuatro años atrás sin previa explicación. Como si sus ojos, que tanto extrañé, pudieran borrar todas las lágrimas que en esos días de solitud y odio, cayeron de los míos.
—¡¿Qué haces aquí?! —grito, molesto, porque no sé de qué otra forma poder ponerme ante esto. El Jefe sabía que me lo encontraría aquí, y aún así me mandó a verle... Si no fuera porque le juré mi lealtad, regresaría y lo mataría.
—Es tan loco este mundo que vengo a encontrarte de nuevo aquí —expone, tranquilo y risueño. Me irrita tanto.
—No sé de qué te sorprende, si sabes perfectamente que sigo trabajando en la Port Mafia —digo, molesto y acercándome a él—. A final de cuentas, tú eres quien se fue con esa bola de detectives para ahora jugar a ser el bueno, ¿no?
—Creí que te daría más gusto verme, Chuuya —responde, como si el día que se fue hubiera sido ayer.
—No sabes lo mucho que odio el volver a verte— confieso, y por inercia, me acerco quedando a tan pocos pasos que, puedo verme en sus ojos nuevamente, tan cerca y de manera tan profunda que, que me duele...
Porque, no puedo dejar de verlos...
—Siempre has dicho que me odias; no veo la diferencia —contesta, serio, quitando de su rostro esa expresión tan calmada con la que me recibió.
—Si sabes que te odio, entonces, deberías de saber que no me da gusto verte de nuevo, y que ahora que te tengo aquí, nuevamente, te haré pagar por haber traicionado a la Port Mafia— digo, apretando mis puños, para no caer ante la ira y dolor que tenerlo ahí, me causa.
—Sabía que querrías matarme el día que nos volviéramos a encontrar. Lo supe el día que me fui de la Port Mafia. Lo he sabido desde hace cuatro años —confiesa, en un tono bajo—. Lo que no sé es por qué entonces no me buscaste en este tiempo para, hacerlo... ¿Por qué nunca me buscaste para matarme, Chuuya?
Continuará...
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Gracias por leer, recuerden que la actualización es cada miércoles!! Abrazos de Chuuya ♥
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