Sophie y Aidan eran primos inseparables, eran inseparables, siempre estaban juntos y para ella, él era su mejor amigo, pero con el tiempo el sentimiento que sentía Sophie cambió convirtiéndose en amor. Pero, ¿qué pasaría si el destino hace que ellos...
-¡Soph, Lara, bajar ya, los invitados están apunto de llegar!- gritaba nuestra madre desde el salón.
-¡Ahora bajamos, Mamá!- le respondió mi hermana mayor, mientras seguía peinándome el pelo delante del espejo.- ¿nerviosa?- preguntó de repente.
-¿Qué?- pregunté intentando soñar normal.- ¿por qué iría a estar nerviosa?-sonreí.
-¡Porque viene Aidan, boba!- respondió mientras me hacía una trenza. Pude notar como se me puso la piel de gallina al escuchar su nombre. Sí, Lara es la única persona de mi familia que sabe que me gusta Dan-dan. Estoy metida en un buen lío, lo sé. Ni si quiera sé cómo pasó que me empezara a gustar mi primo y lo que siento es algo demasiado fuerte como para olvidarme de él.
-¿Ah, sí?- pregunté fingiendo estar desinteresada.- no lo sabía.-mentí. Y escuche la risa de mi hermana.
-Si, claro, seguro.-me respondió sarcásticamente.- ya estás lista.
Me miré en el espejo, mi hermana me había rizado el pelo y me había hecho una larga trenza poniéndomela hacía la izquierda. Sonreí.
-Gracias, hermanita.-la abracé y baje corriendo por las escaleras, tuve que tener un poco de cuidado, para no caerme. Una vez me caí haciendo el idiota y, créeme, no es nada gracioso no poder hacer nada por culpa de un esguince en el tobillo que me hice debido a la caída.
Fui directa hacía el salón, donde me esperaba mi madre, con el vestido que tenía que ponerme en las manos.
-Si no te das prisa, Soph. No podrás ver a Aidan.- me dijo mi madre, mientras me ayudaba a ponerme el vestido. Y una vez más, se me puso la piel de gallina. ¡Por Dios! ¡Es mi primo, no me puede gustar!
Al terminar de ponérmelo, vi que mi madre estaba apunto de llorar, así que la abracé.
-Te echaré de menos, Mami- intenté calmarla.
Mi madre se iba a ir para dar su última gira, ni ella ni mi padre querían, pero el tío Robert, el padre de Dan-dan la convenció para que ella disfrutará de los últimos momentos de su carrera. La echaré mucho de menos y sé qué mis hermanos también... pero la parte buena de todo esto es que nos quedaremos con Danno y el abuelo. Hablando del tío Robert y de Danno...ellos dos no es que se lleven tan bien, pero al menos lo intentan.
-Yo también, bichito.-se secó las lágrimas y me soltó. Yo le sonríe para después irme corriendo a mi habitación y mirarme en el espejo.
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