Tied To You [ChinaMex]

1▪︎The Beginning

La mañana era cálida y apacible, los pasillos del gran castillo estaban silenciosos y calmos como en cada amanecer, no había sirvientes corriendo de un lado a otro ni niños jugando en los pasillos, solo el soplar del viento y el suave cantar de los pájaros sobre las copas de los árboles.

Nueva España se encontraba tranquilamente caminando al rededor de uno de los muchos jardines del lugar, al ser el mayor de los hijos de España debía cumplir con un horario estricto, el cual incluía siempre un paseo matutino por los alrededores de su hogar, no es que le molestase, de ninguna manera, le gustaba la brisa fresca de la mañana golpeando su rostro, el problema para él era que no podía salir solo de ninguna manera, así que casi siempre era acompañado por un guardia o por su padre, si es que este no tenía trabajo, si estaba de suerte, dejarían a alguno de sus hermanos acompañarlo; ese día en particular lo acompañaba su prometido Brasil Colonial.

Ambos jóvenes caminaban tranquilos sobre los caminos de piedra, solamente deteniéndose cuando uno de los dos quería admirar el paisaje. Eran grandes amigos desde pequeños, incluso podían decir que eran mejores amigos, así que no hubo problema en hacer fluir una charla; a Nueva España le gustaba burlarse de los problemas que tenía su prometido a la hora de hablar español, le resultaba adorable de cierta forma.

Aunque de vez en cuando tocaban temas serios, era normal, ambos eran herederos de grandes imperios y aunque lo quisieran no podían estar jugando todo el día o haciendo bromas, ellos eran futuros gobernantes y debían comportarse como tal.

-¿Entonces no firmaron nada?- Preguntó Brasil con curiosidad; más que nada para evitar formar un silencio o algún momento incómodo, no es que fuera fan de los tratados comerciales, esa aún era tarea de su padre y pretendía mantenerse alejado lo más posible de ese mundo, al menos hasta el día de su boda.

-No obviamente, parece que algunos europeos no entienden las negaciones- Nueva España se cruzó de brazos molesto ante el recuerdo de su reunión con el hijo mayor de Inglaterra, un tipo engreído y bastante descortés a su parecer.

-No se sobrepasó contigo, ¿O si?- Brasil alzó una ceja expectante, ya estaba más que acostumbrado a que algunos intentaran cortejar a su prometido, no lo entendía, quizá porque habían crecido juntos pero muchos afirmaban que Nueva España tenía un gran encanto, incluso mayor al de sus hermanos.

-Bueno, eso depende si consideras a su mano subiendo por mi rodilla como "sobrepasarce"- Hizo comillas con sus dedos de manera sarcástica -Trece Colonias se cree tan irresistible con esa sonrisa socarrona; solo consigue provocarme náuseas-

-Parece como si estuvieses describiendo a una serpiente venenosa más que a una colonia- El hijo de Portugal sonrió con diversión ante el puchero molesto de su acompañante.

-Sinónimos querido, sinónimos...-

La boca de el de piel verde se abrió de nuevo para responder pero fue interrumpido por el suave sonido de una campanilla que indicaba que el desayuno estaba listo y era hora de que regresaran dentro del enorme castillo.

-Estoy seguro de que a vuestro padre le encantaría oír como abofeteaste al hijo de uno de los imperios más poderosos del mundo- Colonial extendió su brazo, ofreciéndoselo al otro para que lo tomara, lo cual hizo sin dudarlo por un momento -Tal vez es por eso que no os permite asistir a las reuniones más importantes-

La pareja se giró sobre sus talones para comenzar a caminar de regreso, ambos sabían lo mucho que España odiaba los retrasos, así que debían apresurarse si no querían una reprimenda; de igual manera no era un camino muy largo puesto que Nueva España no gustaba de alejarse mucho de su hogar, aunque fuese solo para dar un paseo.

-Tus palabras lastiman mi corazón querido Brasil, yo soy más que capás de cerrar buenos tratos y reafirmas alianzas- Respondió Nueva España con orgullo y diversión en su voz -De lo contrario, no estaríais aquí-