Nyaa, Sensei!! (AiBaku)

Capítulo I: Asumiendo la responsabilidad

El tic en su ojo izquierdo junto a la vena que comenzaba a sobresalir de sus cienes no hacía más que dejar en claro la creciente molestia que la situación actual parecía estar provocando en él. Y es que, no importa que tan buen héroe fuese, ¿Cómo se supone que lidiara con su pareja en ese estado?

- Brr

¡¿Acaso acababa de ronronearle?!

- Oí, mocoso intenta comportarte – Le dijo al tiempo que intentaba hacer que lo soltase, después de todo, si el menor seguía recostado sobre él mientras le ronroneaba con la cabeza oculta en su cuello las cosas podrían tomar un rumbo más pasional.

Por supuesto, que considerando el hecho de que eran pareja desde hace ya unos 4 años, el sexo definitivamente algo frecuente en su relación, pero vamos que en esas ocasiones el chico estaba lo suficientemente consciente como para consentirlo (incluso en su celo), pero justo ahora, ¿Qué rayos se supone que haga con tan apetecible manjar encima suyo?

- Brr – Y ahí estaban los malditos ronroneos de nuevo, en serio ¿a quien rayos se le ocurrió que era buena idea hacer que su omega se quedara en su departamento para que lo cuidara hasta que los efectos de aquel quirk extraño desaparecieran? ¿es que acaso se les olvido que él era un amante de los felinos?, y justo ahora tenia a un omega furro encima de él.

¿Cómo esperaban que terminara esta situación si no era con el héroe dándole duro al rubio explosivo?

De repente, algo lo saco de sus tormentos mentales, ya que el menor había comenzado a frotar sugestivamente su trasero sobre su pelvis, estaba claro que quería incitarlo a tomarlo, lo había estado intentando desde hace ya una hora mas o menos, cuando lo trajeron.

- Grr – Su cuerpo lo traicionaba al comenzar a seguir el ritmo del menor simulando embestidas sobre la ropa.

- aah – Enrollo mas sus manos al cuello del héroe, tanto para disminuir la distancia entre sus cuerpos, como para afirmarse a algo lo suficiente como para mantener el ritmo del sugerente jugueteo.

¡Al diablo!

Y allá iba su cordura, mañana cuando su omega estuviese buscando venganza culparía de todo a Kirishima y Midoriya, asunto arreglado. Después de todo, desde cierto punto si que era su culpa por entregárselo en bandeja de plata en tal estado.

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Eran las 5:30 de la mañana, acababa de terminar de ducharse luego de volver temprano de su patrullaje, y había alguien tocando su puerta justo en ese momento, ¿es que no podría dormir un rato en paz o qué?

A paso cansado se dirigió a abrir la puerta, si no se trataba de una emergencia como la ciudad incendiándose o siendo atacado por múltiples villanos, mandaría a la mierda a quien sea que estuviera del otro lado.

- ¿Qué? – Escupió la pregunta con desgano y hastió al tiempo que abría la puerta, sin siquiera mirar primero quien fuera su interlocutor.

- aamm, Sensei... - La sonrisa nerviosa de Kirishima y el tono tímido en el saludo de Midoriya lo hicieron alzar ambas cejas con sorpresa, ciertamente no se esperaba verlos ahí a esa hora, y menos si Katsuki estaba realizando patrullaje esa noche.

- ¿Sucedió algo? – Cuestiono de inmediato con un tono tranquilo pero demandante, debía asegurarse de que su pareja estuviera bien.

- B-bueno, yo, esto... - El nerviosismo del peliverde estaba más que claro para su persona, así que decidió pasar de él, y dirigió su atención al pelirrojo atrás suyo, fue entonces que noto como este parecía estar intentando sujetar algo o alguien para impedir que escape.