Louis suspiró y se sentó en la cama, sobando su barriga para calmar las pataditas de su hijo. -No lo sé, Harry, no entiendo porque estoy estresado, solo tengo que vestir a Hayley y arreglar sus cosas para llevarla a la guardería. No es tan difícil. Es solo que...- Dijo al borde de derramar algunas lágrimas.

-Tranquilo, mi amor, todo va a salir bien, te lo prometo.- Harry aseguró. -Cuida a mis bebés ¿si? Juro que estaré ahí a tiempo. Cuídate mucho tú también, bebé, llámame si te duele demasiado el vientre.-

Louis sonrió y se limpió una lágrima que se le escapó. -Sí, mi amor, confío en ti y perdoname por decirte que te odio, no te odio.- Se disculpó con Harry, ganandose un "lo sé" divertido por parte de éste. -Iré a terminar de preparar a Hayley, Hazz. Por favor, Harry, no llegues tarde. Te cortaré los huevos y tu hermoso, largo y grueso pene si haces que mi princesa se ponga nerviosa si no te ve ahí.- Advirtió.

Harry rió fuertemente, haciendo reír a Louis también. -Menos mal que no me odias, cariño, no quiero saber que me harías si me odiaras de verdad.- Dijo entre risas, las cuales Louis clasificaba como las risas más adorable de Harry y las más parecidas a las de Hayley.

-Voy a ayudar a Hayley a prepararase, mi amor. Te veo luego.- Dijo Louis con una sonrisa.

-Nos vemos luego, bebé. Cuida a mis niños y cuídate tú.- Harry se despidó también, colgando la llamada.

Louis también colgó la llamada y se dirigió a la habitación de Hayley para ayudarla a preprarse y después a preparar las cosas.

Cuando Louis estuvo en la habitación de su hija, sintió como su corazón se rompía en pedacitos al ver a Hayley sentada en el piso, con solo la camisa puesta y al revés, y los pantalones por sus talones, llorando de frustración al no poder vestrise,con su cabecita en el hueco de sus bracitos, los cuales estaban apoyados en sus rodillitas.

-Oh, Hayley, mi amor, lo siento. Ven, yo te ayudo.- Habló rápidamente, agáchandose hasta donde pudo, cogiendo a Hayley en sus brazos y poniendola en la cintura cuando se levantó.

Hayley escondió su cabecita en el cuello de Louis y sollozó más fuerte. -Papi...- Dijo entre hipidos.

-Shhh...- Louis la calmó, meciendola en su cintura y sobando su cabecita. -No te perocupes, cariño, lo siento. ¿Me perdonas por haberte dicho que te vistieras sola?-

Hayley se limpió sus ojitos, miró a Louis y asintió con la cabeza.-Sí.-

-Lo siento, pequeña, estaba un poco estresado, por eso te hablé como te hablé, perdoname ¿si?- Volvió a perdonarse, sintiendose fatal al ver llorar a su hija por la frustración de no poderse vestir sola. -Vamos, mi amor, yo te ayudo.- Le dijo a la niña, cuando ésta aceptó perdonarlo.

Ahí se notaba lo estresado que estaba por no tener la ayuda de Harry. Nunca solía pagar la rabia con Hayley, ella no tenía la culpa de ninguna de sus rabietas ni de que sus hormonas se alborotaran.

-Lo harás genial, Hayley.- Louis le dijo a la niña mientras le quitaba la camisa que había intentado ponerse antes, y ponersela mejor.

Hayley sonrió adorablemente. -Me sé toda la canción, papi.- Dijo orgullosa de sí misma.

Louis sonrió al entusiasmo de su pequeña. -No lo dudo, preciosa.- Le respondió, mientras le colocaba los pantalones negros, igual que la camisa.

-¿Quieres que la cante, papi?- Hayley preguntó a su padre emocionadanente.

-Me encantaría, y así la practicas una vez más.- Mientras Louis escuchaba a su hija cantar la canción, no puedo evitar sentirse culpable al pensar que Harry no le había ayudado en preparar a Hayley para su primera actuación. Todas las noches, cuando Harry llegaba de trabajar, lo primero que hacía depués de cenar, era sentarse en el sillón de la sala y empezar a cantar la canción junto con Hayley, de esta manera, Hayley se la aprendería. Lo único que Louis hacía era mirar con atención y de manera adorable, como su esposo le enseñaba a su hija y, si eso no es lo más adorable que Louis ha visto en su vida, no sabe que sí lo es.

Eres perfectoWhere stories live. Discover now