Capítulo 11

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Están en casa, las niñas se quedan en el piso de arriba para cuidar de Snufkin. Los otros 34 niños no están. Joxter baja al primer piso para hablar con Mymble que estaba aún deprimida sentada en el comedor.

—Snufkin esta descansando, le dije a las niñas que se quedaran con él mientras hablaba contigo— le dijo Joxter.

—No lo entiendo, ¿Por qué sigues aún aquí? — le preguntó Mymble con melancolía.

—Porque aún te amo— le respondió Joxter.

—¿Por qué me abandonaste? — le preguntó Mymble.

—Porque no soportaba la idea de que me engañaras— le dijo Joxter— Pero ahora necesito saber una cosa. ¿Qué pasó con el padre de tu hija?

—Me dejo cuando supo de mi embarazo— le dijo Mymble— Cuando fui contigo que decías que había subido de peso era porque ya estaba embarazada.

—¿Pensaste que no te aceptaría? — le preguntó Joxter algo desilusionado.

—Sí. Y eso hiciste al final.

—Sabes, yo hubiese aceptado a tu hija aún si no fuese mía. Yo solo quería que fueras honesta conmigo— le dijo Joxter— Te dejé porque no fuiste responsable. Creo que había perdido la confianza en ti.

—¿Cómo puedo recuperarla? — le pregunta Mymble.

—Empezando de nuevo— le dijo Joxter dándole la mano— No me importa si ellos no son mis hijos. Solo quiero que seas honesta y con eso viviremos felices.

—¿Volverás conmigo? — le preguntó Mymble.

—Solo si tú me aceptas siendo quien soy— dijo Joxter.

—Pero yo te amo tal y como eres— respondió Mymble.

—Hablo de mis viajes y de que a veces voy a querer mi propio espacio— le dijo Joxter.

—Lo intentare— dijo Mymble.

—Bueno, ahora hay que ver si Snufkin logra acoplarse a esta nueva vida— le dijo Joxter.

—¿Crees que algún día me aceptara? — le preguntó Mymble.

—Lo hará, si al final me aceptó, sé que te aceptara como su madre— respondió Joxter con una sonrisa.

Ellos van con sus hijos. Las risas de ellos se apagan, Snufkin frunce el ceño mientras Chiquitina se cruza de brazos. Joxter se sienta en la cama con su hijo. Mymble hace lo mismo, pero Snufkin se acerca más a su padre alejándose de ella.

—¿Qué les parece una historia? — preguntó Joxter.

—¿Qué clase de historia sería? — preguntó Mymble Hija.

—Ya sé. Mymble, hablales cuando le hacías la ropa a Snufkin— le dijo Joxter.

Mymble le duda al principio sintiendo las miradas, pero Joxter la apoya con una sonrisa. Ella comienza a contar.

Años atrás, Joxter se encuentra acostado en la rama de un árbol mientras ve a su novia embarazada tejiendo algo.

—Espero que escojas un color neutro— le dijo Joxter desde el árbol.

—Tranquilo, no importa lo que sea, será nuestro bebé— dijo Mymble.

—¿Cuándo nacerá? — le preguntó Joxter— Ya se acerca el invierno.

—Debes ser paciente, esto es algo que no se puede apresurar— dijo Mymble.

—Lo sé, es solo que con todo esto, no sé si podré viajar tranquilo sabiendo que estarás sola en este invierno— le dijo Joxter tocándose el sombrero.

—Descuida, todo estará bien. Al menos así te daré una gran sorpresa— le dijo Mymble con una sonrisa— Sé que adoras las sorpresas.

Pasan los meses, Snufkin lentamente va aprendiendo a caminar. Joxter lo carga para peinarlo, pero su hijo no se deja.

—Vamos Snufkin, tengo que peinarte— dijo Joxter pero su hijo solo gruñe— Sacaste mi personalidad pero el cabello de tu madre.

—Eso significa que será un criminal como su padre— dijo Mymble a tono de burla.

—Eso no importa, nadie en este mundo es dueño del bosque— dijo Joxter mientras lo peinaba.

Volviendo al presente, Snufkin sigue sin ser convencido. Sus hijas apoyan a su madre, pero saben que va a requerir tiempo. En eso llegan los otros 34 niños faltantes. Todos van a calmarlos por toda la casa dejando a Snufkin solo.

Sus hermanos comienzan a saltar en la cama lo que le hace enfadar y los quita de ahí, pero ellos lo terminan tumbando de la cama. Ellos toman su sombrero y salen corriendo de ahí con él rogándoles que se lo devuelvan. Los otros comienzan a inspeccionar mochila y se ponen a tocar su armonica.

Snufkin está enfadado, pero no puede hacer nada ya que aún sigue lastimado. En eso llega su madre, moja a unos cuantos por lo que los demás sueltan lo que tenían y se van. Ella trae consigo el sombrero de su hijo quien solo la mira con disgusto.

Él se sube por si solo a la cama, se sienta cruzándose de brazos. Mymble se acerca a ella para ponerle el sombrero en la cabeza y acariciarle el rostro.

—Recuerdo cuando de niño me rogabas porque te hiciera un sombrero igualito al de tu padre— le dijo Mymble.

—Aunque digas eso, no cambiara el haberte olvidado de mí— dijo Snufkin algo deprimido.

—Lo sé, pero al menos estas aquí— dijo Mymble.

—¿Por qué no me lo dijiste cuando me viste? — le preguntó Snufkin tratando de no verla.

—Porque no podía creer que fueras tú. También fue porque el verte me recordaba a tu padre, creo que me recordabas lo mucho que extrañaba aquella vida— le dijo Mymble.

—Al menos eso es lo único que recuerdas— le dijo Snufkin para acostarse en la cama y darle la espalda a su madre.

Ella se retira sin nada más que decir. Al caer la noche, Joxter decide dormir con su hijo para darle más seguridad. Los otros niños duermen en otros lugares fuera de la habitación para no causar más molestias. Snufkin se acerca más a su padre que parece estar dormido. Joxter despierta y abraza a su hijo que comienza a llorar. Consuela a su hijo diciéndole lo mucho que lo quieren y que ya no se sentirá solo nunca más.

La verdad del todoWhere stories live. Discover now