➳ 03: Dorado. ➳

Începe de la început
                                    

Jacob amaba con el alma a su hijo, aunque pocas veces se lo dijera. Salvo esa vez.

—Cuídate hijo, cuida a tu hermana. Y vuelve a sano y salvo a casa. Es una orden. Te quiero.

Louis rió entre sus lágrimas.

(...)

Mikhail era un alfa de complexión alta y de piel morena. Fuerte de mente y cuerpo, con unos asertivos ojos de color ámbar. Parecía que había pasado la mayor parte de sus días bajo el sol, que se proyectaba sobre la calva en su cabeza. Era un hombre inteligente y audaz para los negocios pues era el mejor mercader jamás conocido.

Según las historias, había viajado por todo el mundo y conocía cada detalle de cada reino; incluso se decía que era un gran amigo íntimo de cada rey que existiera en poniente. En su pasado se rumoreaba que era un pirata y solía robar para comer, pero en el presente, lucía como un lord modesto que tenía un carácter curioso: siempre relajado y feliz aunque todos sabían que no debían fiarse de eso.

Louis lo conoció ese mismo día, pero su padre lo llevaba conociendo gran parte de su vida, así que le dijo que podía confiar en él, y si eso decía el rey...  Mikhail saludó al príncipe y a la princesa con una reverencia maltrecha y desde ahí trató de hacer que los dos hermanos se sintieran más relajados dentro del navío, que partió de las costas de Gélida en dirección al sur.

—Una pregunta, Lord Mikhail —exclamó el príncipe Louis mientras se paraba con orgullo junto al capitán. Yacían en la popa del barco con el cielo blanco y frío helando el clima. Navegando entres las montañas rodeadas de niebla que desbocaban hasta el mar abierto.

—Una respuesta, mi príncipe —. Contestó el que no era un Lord ni de chiste, pero al que le agradaba el título.

—Me temo que mis conocimientos sobre viajes son nulos, nunca pensé que tendría que salir de Gélida. He investigado un poco por mi cuenta pero no sé si mis cálculos son correctos.

El viento los golpeaba en cara y hacía que sus capas hondearan detrás de ellos. La tripulación se movía al frente, transportando pesadas cuerdas, apilando barriles de un lado al otro, causando mucho ruido y riendo entre ellos. Los guardias reales se mantenían erguidos y firmes por todo el lugar. Ser Isaak era el único que se movía a donde Louis se moviera.

— ¿Cuánto cree que durará este viaje, alteza? —preguntó Mikhail, trazando rutas sobre un mapa. En una mesita frente al timón de madera de roble oscuro.

Louis volteó a ver a Liam rápidamente antes de regresar su vista hasta el capitán.

— ¿Un par de meses?

Mikhail lo miró con severidad, luego miró a Liam, luego miró al guardia y terminó por echarse a reír. Tan fuerte, que se soltó una palmada en el muslo mientras lo hacía. Nadine, que estaba sentada más atrás, apretó los labios para evitar reírse también y aunque nadie entendía porque se reía, su risa era un tanto contagiosa.

Uno de los tripulantes, sirvientes de Mikhail, llegó hasta la popa y preguntó a su amo que era lo que encontraba tan gracioso. Al decirle que tardarían en llegar a Dragonscale dos largos meses, el sirviente comenzó a reír con más fuerza. Louis no sabía si reírse también o si debería ponerse a llorar. Miró a Liam y este sonreía levemente pero fruncía el ceño.

Dragonscale [l.s]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum