Capítulo III (Los 13)

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-Creí que no había algo que pudiese odiar más que mi propia vida y me equivoque-

-El grupo de apoyo- dijo Logan con el fastidio reflejado en su voz.

-Es bastante triste que mi único amigo también pertenezca a ese grupo, ¿por qué no puedes ser normal?-

-No soy yo al que metieron al psiquiátrico cuando tenía 12-

-Golpe bajo, pero por lo menos la primera chica que bese en mi vida no salió corriendo y fue más que solo un beso-

Logan guardo silencio, las bromas pesadas a cerca de sus miserables vidas era algo que estaba a la orden del día de esos dos chicos.

Asher era su único amigo, se habían conocido hace dos años cuando Logan entro al grupo de apoyo. A simple vista a Logan le había parecido un adolescente normal, pero las apariencias engañan y él lo aprendió de la forma más desagradable posible.

Había asistido a cinco sesiones, en las que se limitó a decirles su nombre y luego "paso".

Todos se habían ido y como él era el nuevo del grupo por decisión unánime y apegados a una regla inquebrantable que se inventaron hace dos segundos, tuvo que hacer el aseo de aquel cuarto, lo cual consistía en apilar todas las sillas, barrer el piso y limpiar el baño.

Esperó a que no quedara ni un alma por el lugar y luego de apilar las sillas,  se acostó en el piso, con los brazos extendidos y las piernas abiertas y contempló los débiles rayos de sol que se colaban por la claraboyas del techo de madera e intentó contar las diminutas motas de polvo que volaban dentro de la luz.

No sabe cuánto pasó, cuánto duró su estado de trance.

Aún no había barrido y todavía le falta limpiar el baño.

Empezó a escuchar débiles lamentos, susurros extraños, en ese momento creyó que la depresión al final lo había vuelto loco y que de ahora en adelante seguiría escuchando esas cosas dentro de su cabeza, pero los gemidos se hicieron más fuertes y los susurros más claros, aquello provenía del baño, aquel baño que jamás había utilizado.

¿Por qué tenía él que limpiar un baño que ni siquiera sabía como se veía por dentro?

Se acercó a la puerta y golpeó, 《¿hay alguien ahí?》, pero nadie respondió y los lamentos se hicieron más sonoros, acercó la oreja a la puerta e intentó calmar su torpe respiración para poder escuchar lo que sucedía dentro.

La puerta se abrió de par en par tan de repente que Logan apenas si pudo reaccionar, dio dos pasos atrás, un tipo del cual aún no se grababa el nombre, estaba lleno de sangre, tenía mirada psicótica y alzaba amenazadoramente el cuchillo en su dirección.

《Cuando te cortas, el cerebro libera hormonas para evitar que sientas mucho dolor, por eso es tan placentero hacerlo》Logan estaba estupefacto.

Entonces el chico empezó a realizar profundos cortes en sus brazos, piernas, abdomen, y prácticamente todo su cuerpo sin parar de reír como un demente.

《El dolor es un estado mental, no es real》Logan jamás había visto tanta sangre en su vida, el olor metálico le daba náuseas, sentía como el sudor rodaba por su frente en grandes gotas. No sabía cómo reaccionar, no sabía que hacer para que se detuviera.

《Dicen que sin la tristeza no sabríamos valorar los momentos felices》 la pérdida de sangre comenzaba a afectarlo, su piel se tornaba cada vez más pálida y sus labios tenían un horrible color morado.

《Resulta... que la... felicidad... también es un... estado mental...no es Real...》el cuchillo resbaló de su mano e hizo un horrible sonido al impactar contra el suelo. 《Igual... que... la tristeza》continuó  《solo que... la... última se... siente muy... real》dicho eso cayó de bruces contra el suelo.

Logan no recuerda que pasó después de eso, cuando su cerebro consiguió volver en sí, estaba en la sala de espera de un hospital, un médico le decia que si no hubiese sido por su rápida reacción y por sus conocimientos en primeros auxilios, aquel chico hubiera muerto.

Asher pasó tres semanas en la UCI, le transfundieron cuatro bolsas de sangre.

Nadie además de él, fue a verlo.

Desde allí son mejores amigos e inseparables y hasta el día de hoy ninguno de los dos ha querido hablar sobre lo que sucedió  en esa ocasion.

Era la tercera sesión que Logan había tenido y no dejaba de sorprenderlo como esas personas lograban hablar de cosas tan difíciles sin siquiera derramar una lágrima o sin la voz cortada, se sintió miserable y un tanto desagradecido, su vida era mil veces mejor que la de todos esos chicos y aún así él no lograba apreciarla.

Los 13 chicos del grupo de apoyo contaban la misma historia todos los días, excepto Asher, él solo decía su nombre y que era afortunado al pertenecer al grupo, de una inquietante y retorcida manera aquello era fascinante para Logan, él se sentía más cercano a Asher por eso, los dos era los marginados dentro de los marginados, sin embargo jamás se le acerco, él era plenamente consciente de cuando alguien gritaba en silencio deseaba estar solo. Hasta ese día.

-¿Por qué seguimos yendo?-. Pregunta Logan con el fastidio claramente reflejado.

-Es necesario, amigo, además quieras o no admitirlo, le debemos mucho a ese grupo-

Asher y Logan se pararon enfrente de las puerta dobles del lugar, tomaron una profunda inspiración y entraron.

-Paula-

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⏰ Last updated: Aug 21, 2020 ⏰

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¿Contigo?Hasta el finWhere stories live. Discover now