Aroma.

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Capítulo 2;

Los rayos del sol chocaban de lleno contra su cara, sentía el cuerpo pesado y dudo por un segundo si el intento por incorporarse valía la pena.

No lo valía pero tenía qué, los rayos del astro rey eran molestos para sus ojos aún cerrados.

Sus brazos temblaron cuando los uso de apoyo, estaba semidesnudo, solo tenía sus bóxers puestos,  y una sábana blanca le cubría la mitad del cuerpo, el olor a un aceite corporal, que normalmente usaba después de cada ducha, invadió sus fosas nasales, estaba limpio. Con dificultad logro sentarse sobre su trasero, no sin ser martillado antes por un fuerte dolor en su cavidad, y en sus caderas, lo cual no era para menos, tres días de sexo salvaje de los cuales no recordaba nada, al menos era afortunado a poder siquiera incorporarse por su cuenta después de aquello.

Ignoro el dolor, mientras menos atención le prestará más rápido pasaría, se masajeo el puente de la nariz, una jaqueca estaba apunto de atacarle la cabeza cuando una voz familiar resonó no muy lejos de él.

—Pensé que no despertarías hoy.

No necesitaba ser un genio para sacar conclusiones. Si hubiese tenido los ojos abiertos los habría puesto en blanco pero solo se limitó a arrugar el entrecejo con molestia.

“Bien hecho, Anthony, Strange vino a salvarte el culo otra vez.”

—¿Tan mal estuve esta vez? — Se animó a preguntar. Aunque de antemano sabía que había estado realmente jodido.

Se animó a enfocar la vista y localizo a Stephen de frente a un ventanal, observando el cielo casi sin interés.

—Banner te inyectó tres veces en menos de una hora. Tu celo se adelantó y no encontraban una forma de controlarte siquiera.

—Mierda. — siseo por lo bajo.

—Era de esperarse que los supresores ya no sigan ejerciendo efecto, Tony. Después de todo, tu Alpha, está en la habitación de a lado.

Tony trago en seco y le dedicó una fulminante mirada al Doctor. A lo cual este solo respondió con una leve negación de cabeza. No necesitaba verlo para saber que tipo de expresión inundaba su rostro.

—En primer lugar no es mi Alpha — corrigió — en segundo, voy a trabajar con Banner para hacerlos más potentes. No puedo permitir un desliz como el de esta vez.

—¡Wow! Pase de ser Stephen Strange a un desliz. Esa sí que no me la esperaba. — fingió sentirse ofendido.

—Como si eso te afectará.

Tony se sentó al borde de la cama y Stephen fue acortando la distancia entre ambos de forma sutil.

—En realidad no, solo porque el sexo contigo es magnífico. — espetó.

—Imbécil. Obviamente el sexo conmigo es magnífico. No, de hecho es más que magnífico, es lo mejor que te puede pasar en la vida. — fanfarroneo.

Tony se puso de pie, dejando atrás la sábana y con pasó acalambrado se dirigía lentamente al cuarto de baño. Strange no pudo evitar sonreír y pasarse la lengua por el labio discretamente, saboreando. Le encantaba saberse el causante de su caminar y ser el proveedor de su placer durante su celo.

Destinado. [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora