Capítulo 5

15.3K 1.5K 193
                                    

Habían pasado tres días desde que había visto a Maizak. El muchacho ya podía caminar por cuenta propia con la prótesis, por lo que ya no necesitaría su ayuda.

Isabella estaba preparando su almuerzo, varias chuletas de cerdo con arroz, cuando escuchó que alguien tocaba la puerta de su departamento.

—Un momento —pronunció cortando un trozo, y llevándoselo a la boca.

Al abrir, se encontró con el joven rubio, sorprendiéndola. ¿Cómo había conseguido su dirección? ¿Qué hacia allí?

—M-Mai ¿Qué haces aquí?

—Venía a... Verte —pronunció pensativo.

—¡Genial, Mai! —exclamó con una gran sonrisa—. Estás aprendiendo a conjugar los verbos, muy bien.

—Sí, estoy aprendiendo en escuela.

Lo miró con ternura. Era tan lindo, como un niño grande. Aunque aún no utilizara los artículos.

—¿Por qué me miras así?

—Nada, nada —rio bajo—. ¿Quieres pasar?

—Sí.

—Estaba cocinando, ¿Te gustaría comer conmigo? Estoy preparando unas chuletas de cerdo ¿Te gustan?

—Sí.

—Perfecto, ven conmigo —sonrió guiándolo a la cocina—. Toma asiento por favor, en unos minutos estará esto.

Él se sentó, y la observó cocinar, mientras colocaba los platos para ambos. Al parecer, ella no estaba usando brasier, sus pechos se marcaban sobre la tela de aquella camiseta holgada.

Tenía caderas y muslos anchos, y una cintura no muy pequeña, pero sí que remarcaba sus curvas. Aunque sus pechos no fueran tan grandes.

Y su piel era de un color bronceado, muy diferente a todo lo que había conocido.

—Muy bien, espero te guste —sonrió colocando el plato frente a él—. Preparé una salsa un tanto picante, no comes eso ¿Verdad?

—No, así está bien —pronunció en un tono tranquilo.

Debía pensar cada palabra antes de hablar, es por eso que hablaba un poco lento.

—¿Cómo llegaste hasta mi casa?

—Pregunté a Adrián. Él me dijo que vivías por aquí. Luego pregunté dónde vivías tú. Y me dijeron que aquí.

—Ahh —murmuró pensativa—. ¿Venías a visitarme?

—Sí, yo quería seguir viéndote.

—Bueno, ahora que ambos sabemos dónde queda la casa del otro, podemos seguir viéndonos —sonrió.

—¿Tú estás sola? ¿Tienes pareja?

Lo miró curiosa, masticando un gran trozo de carne.

—¿Novio? —preguntó con la boca llena—. Pues... No.

—¿Por qué dudas?

—Bueno, es que... Hace unos meses tuve algo con un chico, pero las cosas ahora no están bien.

Él la observó, y afiló sus pupilas... Antes de mirar hacia abajo. ¿Qué oportunidad podría tener alguien como él? Ni siquiera era un hombre completo.

Una mujer joven y hermosa como ella, no estaría con un macho como él.

—Hace unas semanas que sólo peleamos, y dejamos de hablarnos. Así que, supongo que ya terminamos, no lo sé.

—Ah...

—¿Y tú, Mai? Antes de llegar aquí ¿Tuviste pareja? Tal vez, podrían llevarte nuevamente a tu hogar, si tú hablaras con los oficiales.

—Tuve... Alguien importante para mí —recordó mirando su comida—. Ella era hermosa, mía. Era mi mujer, la primera y única en mi vida.

Isabella lo miró con ternura, y apoyó sus codos sobre la mesa, y su cabeza sobre sus manos, escuchándolo hablar de su primer amor.

—¿La amabas mucho?

—Ella era mi todo.

—Que hermoso, Mai. Ojalá alguno de mis novios hubiese dicho lo mismo de mi. Cómo mucho, decían que les gustaba mi trasero —rio comiendo un trozo de pan—. Creo que he estado con puro imbécil en mi vida, y eso porque yo los buscaba.

—¿Novios? ¿Tuviste muchos?

—Mm, como seis o siete. Mis relaciones siempre fueron cortas. No lo sé, no tengo suerte —sonrió encogiéndose de hombros—. Siempre elijo a los estúpidos.

—¿Volverías a tener una relación?

—Oh no, no, no, nada de relaciones por un buen tiempo —rio cortando un trozo de carne, llevándoselo a la boca—. Prefiero quedarme sola, y sólo... Tener sexo casual —sonrió divertida.

—¿Sin compromiso?

—Exacto, salimos, nos divertimos un poco, lo hacemos, y cada uno por su lado. Sin dramas.

"—Deja el drama." Era una frase que se había hartado de escuchar por parte de Esther.

***

Se sentó bajo un árbol, y observó a las personas pasear, caminando, haciendo ejercicio en la plaza, corriendo... Padres jugando con sus hijos, parejas que salían tomados de las manos, abrazados, e incluso besándose.

Y Maizak se sintió vacío. Una parte de él extrañaba a Esther, y estaba preocupado por ella, porque no sabía si se había salvado o no. Y la otra parte se sentía aliviada, ya que no tendría que seguir padeciéndola.

Y sin contar a Esther, el estrés de haber sido rescatado y vivir tres meses en la clínica, de perder su pierna, de vivir en un lugar donde no conocía a nadie, lo deprimía.

Él no pertenecía allí, pero tampoco podía irse, porque no conocía aquel lugar. Y nadie podía ayudarlo tampoco, ya que eso supondría exponer a Esther.

Levantó la parte de abajo de su pantalón, y observó la prótesis que estaba en lugar de su pierna, sintiéndose tan afligido. ¿Quién podría elegirlo? Esther lo hubiera sacrificado.

Un hombre así no le servía a nadie.

***

Escuchó que alguien tocaba su puerta, y giró en la cama. Había creído que ya no lo molestarían, pero se había equivocado, allí estaban otra vez.

La puerta se abrió, y Maizak ignoró a quien fuera que hubiese entrado. Se encontraba cansado, y eso que llevaba días en esa cama. Sólo se levantaba para ir al baño, pero como no estaba comiendo o tomando agua, ya ni para eso se ponía de pie.

—Demonios, ésta habitación apesta —se quejó Adrián—. ¿Qué pasa contigo, amigo? Ventila un poco esto, es un asco —le dijo dirigiéndose a la ventana para abrirla y correr las cortinas.

Y Maizak ni se inmutó, siguió en la misma posición, mirando la pared.

—¿Hace cuánto no sales de aquí? Hace días no te veo por abajo, ni en la cocina o la sala. Incluso hoy me crucé con la doctora en el almacén, me preguntó por ti —le dijo en un tono travieso.

Maizak tomó las mantas, y se cubrió por completo. No tenía ganas de socializar con nadie, y mucho menos con alguien que estaba tan feliz.

—Le dije que viniera a verte, y me dijo que a las cuatro estaría aquí.

—No me interesa.

—¿No te interesa? Pero si tú-

—No, no me interesa —gruñó—. Jaha'lá (vete)

Él lo único que quería estar solo y dormir, estaba cansado de todo. Especialmente de vivir.

...

MaizakWhere stories live. Discover now