Capítulo XII

607 107 23
                                        

ANTES DE LA LLEGADA DEL ARCÁNGEL MIGUEL, Zoe esperaba a Lucifer en el estudio. Ella necesitaba hablar urgentemente con el amo del infierno, pero cuando escuchó unos pasos acercándose, se escondió detrás del sillón rojo de terciopelo. Mientras se llevaba a cabo la conversación entre ambos seres celestiales, al arcángel se le cayó una pluma, Zoe la pudo recoger antes de que alguno de los dos se diera cuenta de su presencia. Reconoció que ningún ave podía tener una pluma de un tamaño inmenso. El intruso que hablaba con Lucifer era su mejor amigo: Miguel. Seguramente le llegaron sus cartas. Él le dijo, cuando era mucho más pequeña, que cuando ella lo necesitara enrollara una carta, como si fuera un pergamino y escribiera el nombre de Miguel en unas letras antiguas, que él explicó eran hebreo.

Zoe desde los 7 años le escribía sin falta a su ángel guardián, pero un día dejó de cuidarla. Entonces tomó la decisión de abandonar el orfanato e ir a buscarlo. A pesar de que un tiempo después se quedó con Lucifer, ella siguió escribiéndole cartas sobre su estadía y que los pecados capitales y él la trataban muy bien. Es más, era feliz y jamás se quería ir de la mansión de Lucifer. También le escribió que le gustaría que la visitara, tal vez ella podría convencer a Lucifer que le apartara una habitación. ¿Pero, Miguel ahora acusaba a Lucifer de cosas tan horribles? ¿Será que malentendió todo? Posiblemente ella tenía la culpa de no explicarse correctamente ese día que necesitaba contarle a alguien sobre un secreto que guardaba desde los 18 años.

«Tus sentimientos nublan tu juicio», se burló de ella su conciencia, «Si tienes tanta fe en él, díselo. Veremos si Lucifer no huye cuando un fenómeno le diga que lo ama».

Zoe no tenía certeza de lo que diría Lucifer si supiera que hace 2 años comenzó a tener conciencia sobre sus sentimientos románticos. Desde los 14 años lo admiraba, le gustaba acompañarlo mientras trabajaba y también cuando se turnaban en leer un libro en voz alta. A los 15 años Lujuria empezó a llevarla a excursiones al mundo humano, a veces le tocaba ver que algunos hombres e incluso mujeres coqueteaban con su amiga. Lujuria le explicó que hay una gran diferencia entre la atracción sexual y el amor, que ninguna de las dos tenía nada de malo, pero era importante no confundirlas. La mayoría de las personas con las que convives podrían llamar tu atención por su físico, pero no planearías una vida con ellas. En cambio, cuando sientes amor, es mucho más complicado.

A Zoe le molestaba que Lujuria casi no le explicara sobre el amor o cuando lo hacía, parecía prohibido. Ella quería hacer las cosas bien, lo que menos deseaba era ocasionar un problema a Lucifer, o peor, jugar con sus sentimientos. No, eso jamás lo haría. Con Envidia ya había visto muchas películas románticas para saber sobre las diferentes posibilidades que podrían ocurrir, la que menos le agradaba era la de los protagonistas confesando sus sentimientos y ser rechazados, pero además, perdían su amistad.

Así que durante 2 años analizó sus emociones cuidadosamente y estaba segura de que veía a Lucifer como un compañero de vida. Claro que estaba en medio la diferencia de edad, por eso esperó pacientemente a cumplir los 20 años, edad que era la adecuada, legalmente hablando, y que para ella parecía ser suficiente para que Lucifer tomara con seriedad sus sentimientos. Claro que también estaba la incógnita de la autora de las cartas. Si esa persona fue tan importante para Lucifer, eso significaba que ella debía de apresurarse. Sea cual sea la respuesta del amo del infierno la respetaría. Lo único que no permitiría es perder a Lucifer como su amigo. Por eso estaba aquí en su estudio. Nunca pensó que accidentalmente descubriría que quien era su amigo imaginario era el hermano de su mejor amigo y la persona que ama. Lo que más le sorprendía era la frialdad con la que Miguel trataba a Lucifer, con ella en el orfanato era impasible, pero era amable e incluso él fue quien le enseñó a escribir e impulsó su imaginación. Siempre que le tocaba quedarse sola como castigo, Miguel la acompañaba y le contaba historias, la dejaba acurrucarse en su pecho para luego quedarse dormida. Sin embargo, eso fue hace 11 años, ¿cambió Miguel? ¿o siempre fue así?  

Lucifer en un infierno sin diamantes [#1 Trilogía Inefables] [BORRADOR]Where stories live. Discover now