Capítulo 1

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Brook sabía de los rumores de la mansión Meyer, y allí quería mudarse de todas maneras.

- Entiendo el atractivo del lugar- Comentó Vicky tapando el sol que las cegaba con su mano izquierda- Lo demás son puras leyendas

La de rizos oscuros soltó una risa dulce sacudiendo su cabellera. Mientras, su amiga encendía un cigarro y asentía con la cabeza,reafirmando lo dicho.

- No debes tener miedo.

- No lo tengo.

Junto a ellas, que observaban la casona desde la calle, pasaron los muchachos de mudanza cargando el último sofá, murmurando por lo bajo e intentando no quitar los ojos del suelo. Los rumores de la casa eran conocidos en todo el pueblo.

Cuando una ventisca azotó al dúo de amigas, Vicky se sintió un tanto incómoda pues pese a que estaba allí para acompañar a su amiga, no le encantaba la idea de que viviese en aquel lugar, y pese a haberla ayudado con la mudanza, no tenía intenciones de pasar un solo segundo extra bajo ese techo. Jamás lo diría en voz alta, pero la energía del lugar no le parecía normal, la temperatura de las habitaciones siempre era helada y podría haber jurado escuchar pasos y risas que no pertenecían ni a ella ni a Brook.

Sin embargo...

...Brooks abía de los rumores de la mansión Meyer, y allí quería mudarse de todas maneras.

- ¿Y tus padres?

- No quisieron acompañarme.

- Dúo de supersticiosos- Aseguró la rubia negando la cabeza con fingida indignación- Si ellos mismos fueron quienes te ofrecieron vivir aquí.

Brook rió y se encogió de hombros.

- Al menos se que puedo contar contigo Vi

- Por supuesto- Vicky supo que su contestación no había sido para nada convincente pero espero que su amiga no dijera nada al respecto- ¿Quieres que pase la noche?

- No, gracias.

- ¿Segura?

- Muy segura, debo aprender a vivir sola- La de ojos claros sonrió con un alivio tremendamente evidente.

- Ya. ¿Novedades de Brad?

Y en un movimiento que Vicky no llegó a captar, Brook se pensionó por completo clavando sus uñas en la palma de sus manos.

- Ninguna, de seguro hable con él en estos días.

- Si me lo preguntas, es un imbécil.

Pero Brook no necesitaba preguntar, Brook sabía de primera mano que era un imbécil, y sabía muy bien qué tipo de imbécil era y de lo que era capaz. Se sintió sucia al recordar los hechos e hizo uso de todo su abanico de recursos electorales para fingir una sonrisa.

- Todos merecen una segunda oportunidad.

La mansión Meyer (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora