Capítulo II

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Me apresuré a subir al despacho de mi padre para saludarle con mucha curiosidad sobre un inconveniente que sucedió mientras estuve de viaje, no tenía idea cómo no había sido suficiente contarlo por teléfono, supuse que en verdad era algo inquietante y que si me lo hubiera dicho la naturaleza del asusto me habría forzado a suspender mis vacaciones y regresar antes de lo planeado. No se equivocaba.

-Edward, hijo, todos te hemos extrañado en especial Alice, ha tenido menos visiones sobre tu futuro y eso le inquieta demasiado, ni siquiera pudo saber cuándo estabas por llegar hace unos minutos atrás -no reparé demasiado en esa circunstancia y le dije apremiante.

-Carlisle, ¿qué ha sucedido? Me he mantenido preocupado con tu llamada misteriosa -él sonrió un poco pero se puso serio de golpe.

-no te puedo mentir, hijo, estamos todos muy desconcertados, hay un grupo de vampiros en Forks, y no son como nosotros, son asesinos -desmesuré los ojos con sorpresa y me pregunté interiormente cuál sería realmente el problema de aquella situación, Carlisle lo notó- el problema es que aunque tienen más de un mes de un lado a otro no están cazando aquí, por lo menos no todavía...

-Vaya, eso sí es verdaderamente extraño, ¿y ya han tenido contacto con ellos para interrogarles?

-Aún no, estamos esperando a que los licántropos lo hagan, ya han despertado, pero estos vampiros saben muy bien guardar su rastro y aún no saben cuántos son, nosotros hemos dado que son cuatro pero podrían ser más, da la terrible impresión de que están reconociendo el área para después iniciar los asesinatos con una cuartada de escape...

Licántropos... esas criaturas lejanas de hace unos 50 años que vi cuando estuvimos en Forks por aquella época, todos eran impresionantes y les guardaba mucho respeto aunque ellos a nosotros no tanto, ambos éramos criaturas sobrenaturales pero los vampiros carecíamos de rasgos humanos palpables, no podíamos reproducirnos como una familia o un humano normal mientras que para ellos la reproducción era casi una necesidad y sus genes tenían tanta fuerza que cuando una loba estaba en cinta toda la manada le protegía de un modo admirable, mi familia tenía un tratado de paz con la reservación de los indios Quileute de Forks y por lo tanto no se meterían con nosotros. Aún así me preocupaban las circunstancias de todo el asunto.

-Carlisle -sus cavilaciones se detuvieron prestandome suma atención- deberíamos hablar con los lobos para informarles de los detalles que desconocen de todo esto.

-Edward, créeme, ya lo había pensado pero los ancianos son muy testarudos, siempre se apegarán a sus creencias y no nos harán caso. Lo mejor es que lo vean he investiguen con sus propios ojos, sabremos cuando será el verdadero momento de intervenir- se levantó de su cómoda silla de cuero, que dada nuestra falta de fatiga corporal era innecesaria pero muy elegante- puedes estar tranquilo, ellos son lo suficientemente rudos como para soportar el primer ataque.

Leer los pensamientos de mí padre era muy difícil, el siempre pensaba con serenidad y no dejaba escapar atisbos de incoherencias, entonces lo que salía de su boca era lo que previamente decía en su mente, y cuando no hablaba divagaba diligentemente sobre posibles curas para cierto tipo de virus o enfermedad que había encontrado en el hospital de la localidad, también podía ver lo importante que su familia era para él: nosotros, mis hermanos Alice, Jasper: esposo de ésta. Rosalie y Emment también marido y mujer y nuestra madre era su adoración: Esme.

Con todo esto me sorprendí de que ninguno de ellos haya aparecido a recibirme entonces fui a la cocina y encontré la razón: estaban de caza.

Dejábamos una discreta figura de imán en el refrigerador cuando salíamos de caza así lograbamos evitar preocupaciones por que algunas veces tardaba demasiado saciar la sed; mi hermana Rosalie dejaba un águila Calva, Emment un enorme Oso pardo, Alice un precioso orangután más claro que el de su esposo y Esme sólo una pequeña mariposa azul muy diferente al búho dejado por Carlisle. Yo tenía el menos llamativo de todos siendo solamente la silueta bronceada de un gato montañés.

InalcanzableWhere stories live. Discover now