─ ¡Camille, por favor!, ¡hermana, no lo permitas!... ¡Ayúdame, tú sabes que no tengo ningún problema! ─ gritaba Olivia detrás de la ventanilla del auto, mientras golpeaba la misma con la palma de su mano.
Lágrimas corrían desde sus ojos enrojecidos, cayendo por sus mejillas y desaparecían en sus labios o en el final de su mandíbula.
Yo simplemente me quedé ahí, congelada en la entrada de mi casa, abrazada por mi madre que sollozaba.
Mi padre se llevaba a mi hermana a un centro de rehabilitación para drogadictos en Suiza.
De pronto, desperté. Tan sólo había tenido la misma pesadilla de siempre.
Volteé hacia mi mesa de noche, prendí mi celular y me di cuenta que faltaban veinte minutos para que mi madre me llamará para desayunar, así que decidí por tomar una ducha. Gracias a Dios, estaba en vacaciones de verano, aún.
¡Oh claro! Olvidé presentarme.
Mi nombre es Camille Belrose, tengo 18 años, vivo en Boston y en dos meses entraré a la universidad, más específicamente a la escuela de negocios de Harvard. Mi novio se llama Nicholas Brown, es un nombre encantador ¿no es así? Bueno, él también entra a la universidad, y fue aceptado en Northeastern. Lo mejor de esto es que, a pesar que no iremos a la misma escuela, estaremos muy cerca uno de otro y así seguiremos con nuestra relación. Por cierto, en un mes cumpliremos dos años juntos, ¿sorprendente, huh?
Entrando en temas más familiares. Mi papá se llama Adrienne Belrose, es francés y tiene cincuenta y tres años. Mi mamá se llama Josephine Allen y tiene cuarenta y nueve años, ella es americana. Tengo una hermana llamada Olivia que tiene dieciséis, a la cual no he visto en un año, ¿recuerdan la pesadilla de hace un rato? Bueno, cuando ella tenía quince años, mis padres descubrieron que era adicta a las drogas, entonces decidieron llevarla a un centro de rehabilitación y desintoxicación en Suiza.
Resulta que yo no podía hacer nada para impedir su traslado, a fin de cuentas, era la mejor opción para su salud.
Hace casi veinticinco años mis padres fundaron la compañía Belrose-Allen Industries, la cual tiene corporativos en América y unos cuantos en Europa. Gracias a esto, mi hermana y yo hemos podido llevar una vida de clase alta. Yo estoy muy agradecida, y es por esta razón que quiero estudiar finanzas para poder dirigir la compañía en un futuro.
Volviendo a la actualidad. Salí de la regadera y me dirigí a mi guardarropa.
─ ¡Camille, el desayuno está listo! ─ gritó mi madre desde la planta baja de nuestra casa.
Me vestí con una remera roja lisa, unos jeans rotos de las rodillas y unos tenis blancos.
Bajé rápidamente. Mi padre estaba en la punta dela mesa aún con su pijama gris, sus lentes de lectura, el periódico de esta mañana y una taza de café. Mi mamá usaba una bata rosa de seda, sentada a la izquierda de mi padre y comiendo un tazón de frutas.
─Buenos días─ saludé y fijaron su vista en mí.
─Buenos días, aparentemente hoy madrugaste─ comentó mi padre cuando me senté a su derecha. Reí por su comentario, en realidad si era rara la vez cuando no despertaba y bajaba adormilada.
─Solo un poco.
─Buenos días cariño, ¿qué deseas para desayunar? Para pedirle a Christine que lo prepare─ preguntó mi mamá levantándose y se acercó a la puerta de la cocina.
Christine es nuestra empleada doméstica y fue mi niñera.
─Tengo antojo de panqueques con arándanos, por favor─ sonreí con la boca cerrada y ella asintió entrando a la cocina.
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Scary Love. [Tom Hiddleston]
FanfictionEn el ambicioso mundo de las industrias cualquier jugada es válida, pero solo hay una regla: No mezcles negocios con placer. Camille no esperaba nada. Tom lo esperaba todo.