―Step.

―No sé si quiero recordar, no sé quien soy en verdad y tengo miedo de que si recuerdo no me guste lo que vea.

―No eras mala persona, Step fuiste lo mejor que alguna vez le haya pasado a una persona como yo… eras cabezota, decidida, intrépida y amable, pero sobre todo nunca te dabas por vencida.

Su voz desaparece en un susurro, su mirada cae al piso y no debe decirlo para que pueda entenderlo.

Sí lo hice. Me rendí en algún momento.

Seguimos caminando sin mencionar palabra alguna, iluminados por la luz de la luna durante una media hora más o menos. Él me dice todo lo que debo saber de este lugar, de mí familia y mis amigos, me cuenta todo lo que no recuerdo, y mientras hacemos el camino de regreso a su moto, no paro de notar que no ha dejado ir mi mano. La suya es fuerte, enorme, tiene catos en los dedos y es cálida alrededor de la mía. Mi corazón se acelera, muy rápido.

Una ola nos empuja y me sostiene contra él, miro su rostro, sus ojos congelados en los mios.

Estoy viviendo una película y poco me importa.

Estoy deseando a un chico del que no sé ni siquiera su nombre y tampoco me importa.

No me importa nada en este momento.

Él inclina la cabeza.

Me da una oportunidad para alejarme, pero no lo hago, rozo levemente mis labios contra los suyos. Su mano vuela a sujetar mi barbilla.

―¿Por qué hiciste eso? ―pregunto, pero era una respuesta que ni yo misma podía encontrar.

―Ha sido sólo un beso. ―suspiro. Intentando bajar la mirada, pero sus dedos tomando mi barbilla me lo impiden.

―No, Step ―dijo él, negando con la cabeza―. Esto es un beso.

Mi mente es bienvenida a un coma.

Su boca desciende con fuerza contra la mía. Reclamándola por completo, jadeo por la sorpresa y él lo aprovecha de inmediato. Su lengua deslizándose dentro.

Un recuerdo pico en mi mente pero lo ignoré, concentrándome solo en lo que tenía ahora. Aferrándome a su cuello, intentando recordar como devolver un beso.  Era demasiado íntimo, demasiado abrasador. Se estaba haciendo carnal y tenia calor, mucho calor.

Su lengua era exigente mientras avanzaba dentro de mi boca y yo respondí como un animal voraz alentándolo a que me diera más. Deslicé las manos en la parte posterior de su pelo, envolviendo mis dedos alrededor de las hebras, tirando y jalando, tratando de acercar más nuestras bocas hambrientas.

No podía tener suficiente de él.

Estaba loca. Al diablo el resto del mundo.

Era como si una corriente eléctrica estuviera enviando un cargado hormigueo sexual a la unión entre mis piernas, creando un dolor tan intenso que sabía que estaba ahora totalmente a su merced.

Y me encantaba cada minuto.

Estaba incendiándome cuando sus labios se movieron por mi cuello mientras su otra mano se movía hasta la curvatura de mi trasero. Esto estaba subiendo de nivel. Esto estaba desarrollándose de una manera no esperada y aun así no queira detenerlo.

Estaba comenzando a dudar sobre lo de ser una puta.

Mi aliento se quedó atrapado en mi garganta cuando su mano empezó a acariciar la cara interna de mi muslo, moviéndose lentamente hacia el lugar en que más lo necesitaba. Cuando sus dedos rozaron el dobladillo de mis shorts clavé las uñas en la parte posterior de su cuello y cerré los ojos, adolorida por su toque.

Recuerda OlvidarmeWhere stories live. Discover now