A un lado suyo, enfundado en un traje mucho más vistoso, su hermano mayor responde:

—¿Además del hecho de que solo tú puedes pronunciar semejante nombre?

El marcado acento en su inglés es parte del encanto que posee. Conrart, a un lado suyo, se limita a sonreír de manera conciliadora. La intención de jugar con su paciencia está bailando en la punta de su lengua. Burlarse de lo afectado que resulta luego de separarse del otro modelo, o quizá insistir en cómo continúan haciéndole trabajar lejos de éste por lo mucho que pierde el aura intimidante que lo caracteriza... Las opciones son varias, pero el castaño finalmente dice:

—Los fans votaron para traernos aquí... ¿No es razón suficiente, honey-chan?

Su hermano, como espera, no se muestra de mucho mejor humor.:

—¿Quién es el que está usando su propia ropa aquí, Weller?—responde con cierta rudeza.

Weller publicaba constantemente imágenes relacionadas al tema en sus cuentas, porque, en palabras del menor, era así de ñoño. El propio Gwendal sugería de tanto en tanto que no era tan mala historia, y fue así que el rubio decidió que entregar una porción de su alma también no era mala idea.

Su asistencia a la convención también era otra anécdota para sus nietos.

Todo ocurrió porque el famoso Bielefeld fue pillado por su el mejor amigo de su hermano (que es a la vez su agente) en plena maratón de películas de Harry Potter. Esas mismas películas que miró por culpa de Conrart, en primer lugar. Como no podía no tener evidencia de ello, Yozak decidió que una foto no dañaría a nadie.

Luego esa foto llegó al castaño, y ni bien Conrart subió la foto de ello a su cuenta la bomba estalló.

La agencia a la que pertenecían, como podría esperarse, no dejó pasar la oportunidad de tener un pequeño intercambio con los encargados de los derechos para semejante evento. Más aún cuando fueron coaccionados por el propio castaño, quien era un conocido fan de la saga y, por tanto, era evidente el por qué Wolfram estaba ahora tan molesto con él.

Por inducirlo al vicio, primeramente, y por arruinarle la diversión también.

Contrario a su uniforme de Hogwarts, el de Conrart ya tenía razón de ser. Y por ésto, el castaño solo puede reírse por lo bajo, sin responder nada más.

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Yuuri tiene que admitir —no sin cierta renuencia— que la estúpida fila está avanzando a una velocidad considerable. Luego de que Murata le dijera que la demora no era signo de ineficacia sino más bien de calidad había terminado aceptando que quizá, solo quizá, los hombres a quienes verían no eran tan malas personas. La industria del entretenimiento, de manera general, le parecía un mundo aparte. El solo aceptar que estas personas estaban aunque fuese mínimamente interesados en sus admiradores era un poco complicado para él. Por esta y otras razones no pudo evitar sorprenderse cuando, a pocos metros del esperado panel, dio de lleno con las formas reales de aquellos que estuvo mirando por tanto rato en meras imágenes.

Ni Ken ni las personas en la fila exageraban con aquello de que parecían salidos de un mundo fantástico.

Si a Shibuya le hubiesen dicho en ese momento que los tres eran magos en cubierto, probablemente lo habría creído.

Entonces su mirada, que seguía regresando al rubio enfundado en un traje azul, chocó con una muralla de un verde todavía más profundo que el que usaban en la que, secretamente, consideraba su casa.

—Qué guapo...

A un lado suyo, Murata solo asiente de manera distraída. Su mirada puesta en alguien que está más bien apartado de la atención general. Como antes, y fiel a su costumbre, decide que explicar sus verdaderas intenciones aquí es completamente innecesario. Él no es un fanático de estos modelos, aunque sean especialmente hermosos. En realidad Murata no es un gran fan de la magia tampoco... Pero cuando se presentó la oportunidad de ver a esa persona que seguía por internet, justo como lo hacía ahora, a solo metros y en la vida real... Mentir no era tan malo.

Parecía que Shibuya se volvería adepto a acudir a cualquier reunión donde Bielefeld se presentara —y no lo culpaba— mientras fingía que era solo por acompañarlo. Él, por su parte, continuaría admirando constantemente a la persona que provocó todo este evento.

El mismo que le está sonriendo ahora, como si adivinara sus pensamientos.

Un hombre que por poco le dobla la edad, y tiene unos ojos más azules que el océano.

Sí, su mejor amigo no necesita enterarse de que él es un fan de Gurrier Yozak, representante del trío de modelos, y no de los modelos en realidad.

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OS. Centro de Convenciones (KKM!)Where stories live. Discover now