Capitulo 2.

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   *Aviso*

Solo estarán disponibles los primeros diez capítulos de la historia. Para leerla completa, estará en una plataforma llamada Buenovela, tendrá un pequeño costo para leerla. Espero me den su apoyo en este proceso. Muchas gracias por la oportunidad y el apoyo que siempre me han dado desde que comencé. Espero verlas por ahi. La quierooooo.


Tome la manija entre mis manos, no sabia a que otro santo mas rezarle. Mis manos temblaban y ni se diga que tambien sudaba a causa de los nervios. Unas cuantas bocanadas de aire mas y abrí la puerta.

inmediatamente delante mío estaba una señora de cabello castaño claro, ojos azules como el rio y tez ligeramente blanca. Viéndola a simple vista no se veía tan mal, a su lado estaba seguramente su esposo, guardando la compostura y con su cabello negros oscuro y ojos verdes. Parecía no se que ahí parada y sin reaccionar, a un lado estaba seguramente el chico con el que me iba a casar, no se veía nada mal. La verdad es que estaba demasiado atractivo, para que negarlo. Unos ojos entre azul y gris, la mezcla los hacia ver profundos y simplemente hermosos, piel blanca y el cabello castaño corto.

-Parece que a mi hija no reacciona.- mi padre me sonreía a medias, una sonrisa sarcástica. Salí de mi trance y sonreí.

-Buenas noches, espero que estén pasando una linda noche.- la señora de cabello castaño se puso de pie y fue a mi encuentro.

-Mucho gusto cielo, nos da gusto tener una nuera tan linda como tu y educada.- me tomo las manos con cariño, haciendo esto un poco incomodo.

-Gracias es un gusto conocerlos.- mire a todos los que estaban en esa sala, no me gustaba ser una mal educada, el señor de inmediato vino a saludarme.

-Que guapa muchacha, una elección muy favorecedora.- miro a mi padre y ambos sonrieron.

-Pasemos al comedor, la cena ya debe estar servida.- mi padre se levanto del lugar y los mayores lo fueron siguiendo, dejándonos a Christian y a mi a solas.

Supe su nombre por que mi padre en muchas ocasiones lo había mencionado. Él no dejaba de mirarme, había elegido mal mi vestimenta o tal ves lo había decepcionado al no estar tan dotada. Me estaba sintiendo un poco incómoda.

-Supongo que tu y yo no tenemos nada de que hablar.- iba a ir hacia la salida, pero su agarre me detuvo.

-Te equivocas niña, tenemos que arreglar asuntos sobre la boda.- no me soltaba y aun me seguía mirando.

-No quiero saber nada de eso, que mi madre y la tuya se encarguen de todo, no estoy entusiasmada con esto.- lo dije en un tono demasiado seco, su presencia no me agradaba.- Aun no puedo creer como aceptaste todo esto.- rode los ojos y me solté ya harta.

-A mi me convino demasiado bien, para mi gusto estas guapa y si tu pensabas que me habías decepcionado, te has equivocado.- me tomo desprevenida acercándome a su cuerpo y dejándome a mi sin respiración alguna.

-Si piensas que te voy a besar o te haré algún halago estas demasiado equivocado.- el subió y bajo las cejas ante mis palabras.

-Eso ya lo veremos.- y sin dejarme tiempo para procesar la información, me tomo del mentón y me beso, fue tal ves uno de los mejores besos que me habían dado, pero eso no se lo iba a reconocer en su cara.

Para hacerle creer que estaba ganando la batalla, enrollé mis brazos alrededor de su cuello y le seguí el beso. El con una sonrisa de ganador sonrió a medio beso, cuando estaba ya segura, mordi su lengua y después levante mi rodilla para darle un lindo golpe a su parte mas preciada del cuerpo.

Se retorció del dolor, soltando palabras no tan agradables.- Hija de tu....- reí por su expresión.

-Si soy hija de mi mamá aunque también de mi papá.- tenía la lengua afuera esperando aliviar el dolor.- para que te quede claro que no puedes estarme besando cuando a ti te plazca, se respetarme y no soy como esas con las que estas acostumbrado a salir.

Iba a salir cuando su voz hizo que me detuviera.

-No me harás esto porque cuando nos casemos hasta tu me lo vas a pedir.- al parecer el dolor que sentía el ya estaba desapareciendo.

-Ya veremos.

Y salí de aquel lugar azotando la puerta, que se creía que era yo. Iba a subir las escaleras cuando mi madre me interceptó.

-¿No cenarás?- se limpiaba las manos con una servilleta, seguro venía de ayudar a mi nana.

-No mamá, ahora voy a disculparme.- baje lo que había subido de las escaleras.

-Mañana vendrá la señora Melina por nosotras, te llevará a escoger tu vestido.- yo rode los ojos y me dispuse ir hacia al comedor sin contestar.


Llegué hacia donde estaban todos reunidos y con una sonrisa a fuerzas hable.- Siento mucho no acompañarlos el dia de hoy, pero estoy muy cansada, me iré a dormir.

La madre de aquel insecto con el que me iba a casar hablo.- No te preocupes querida, entendemos.- aunque por su mirada sabía que algo había sucedido entre su hijo y yo.- Mañana paso por ustedes temprano, tenemos muchas cosas que preparar.

Yo asentí y me despedí deseándoles un buen provecho, subí a mi habitación. Las ganas de cenar se me habían quitado, me coloque mi pijama y en cuanto toque mis almohadas caí en brazos de morfeo. Soñando sin siquiera saber porque con Christian, mi horroroso futuro marido.



Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora