El fantasma del queso.

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ah...la escuela, ese lugar, con alumnos, y profesores, en donde se suponía que debía forjar mis habilidades sociales, y también mostrar mi inteligencia. Nunca lo hice, nunca mostré nada, ni era el más inteligente, ni era el más sociable, de hecho; ni siquiera caía bien. Aunque estuviera solo, durante gran parte del trayecto, mientras los otros niños hablaban, se conocían, y experimentaban, yo me quedaba inmóvil, mirando al reloj, esperando la hora de salida y volver a casa, después de todo, de eso se trataba mi vida, en ver lo que no está.

Si bien los alumnos, mis "compañeros" para ellos yo era invisible, no era lo mismo para los profesores; estaban preocupados por mí, pero ¿por qué?, soy igual que el resto, tengo dos brazos, dos piernas, me gusta el chocolate y Mi Chemical Romance, ¿qué hay de diferente?, la mente...mi forma de pensar, de ver el mundo, era diferente.

Los primeros pasos, eran hablar conmigo, ¿voces? ¿cuales?

-- No digas nada.

-- Vale.

Es todo un secreto entre nosotros, tus padres no lo sabrán... ¿que deben saber? ¿que soy perfectamente normal?

-- ¿por qué no hablas con los demás?

-- ¿quienes?

Quería entender la pregunta, pero no podía.

Me encontraba en una habitación distante, con la psicóloga estudiantil, la mesa era larga, blanca, los poderes tenían ese horrible juego de cerámica blancas, mitad cerámica, mitad muro liso; horrible, vamos, hasta yo hacía cosas mejores en los sijs. El suelo, era confuso; largo, manchado, parecía como sino pudieras ver tus propios pasos, a veces yo...no veía ni mis propios pies.

-- ¿M?

Eleve mi mirada a ella, pelo negro, piel blanca, común, muy común...no me impresiona.

-- no confíes en ella.

Negue, mientras seguía viéndola, directo a los ojos, color café.

-- ¿cuánto te pagan por este trabajo de mierda?

-- ¿que?

-- ¿que?

-- perdón. Yo...si, vale, ese, los demás...no hablo con ellos porque no me agradan, es todo.

-- ¿por qué le cuentas cosas? no cuentes.

Le sonreí, tal vez con eso era suficiente para hacerle creer que todo estaba bien.

La luz, ¿por qué es tan brillante? no puedo ver lo que trae la bombilla, pero recae sobre mi cuerpo y crea sombra, ¿es la sombra real? no puedo verla siempre, puedo confundirla.

-- hahahahaha.

Ella sonríe, ¿por qué? ¿le ha escuchado reírse? ¿le ha causado gracia su risa?, ya no me mira, ya no siento su mirada encima de mí. Me abruma.

El timbre, que no es timbre, que suena, que no suena, que significa que se ha acabado; una alarma diaria, como si se pudiera detener el tiempo por un momento, y sentir la libertad, pero no está, esa libertad no existe, porque solo significa el cambio de lugar...el cambio, los cambios me provocan episodios, ¿por qué tantos? porque no podemos quedarnos eternamente en un sitio, y admirar la más pura belleza de la sencillez, de lo repetitivo, pero también es contraproducente, ¿cierto? yo lo soy, todos lo somos en algún modo, somos humanos, no personas.

Me levante de aquella mesa, para caminar hacia el pasillo, el mismo modo de decoración horrible, tan vacío.

Tanta gente, adultos, niños, tantos oficios reunidos en un lugar, ¿es este mi lugar seguro?, y si lo es, ¿por qué me siento tan rechazado?

Caminaba para irme, a esperar a mi madre, cuando mi bolso, se rompe, de consecuencia todo se cae, es lo usual; se ríen de mí, pero no me importa.

-- ¿sino importa por qué lloras?

Me asuste, era inesperado, no puedo responderte ahora, déjame tranquilo, por favor.

Recogí todo, claramente me estaba dejando mi dignidad atrás, pero al menos recogí lo que pude.

La dignidad...según el diccionario: "Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden." No la he perdido entonces, ha sido un accidente, pero es fácil perderla ¿no?, como cuando escribes a esa persona que te ignora, pero no...realmente no entra con la descripción, ¿qué sería entonces realmente perder la dignidad?

Subí al coche de mi madre, mientras veía a la ventana.

-- perder la dignidad, podría ser...hacer algo que negaste hacer, perderías el respeto...o tal vez insultar a alguien.

-- ¿insultar?

Claro, si ofendes a alguien, le estas faltando el respeto, estas perdiendo tu dignidad...pero es difícil no hacerlo, hay situaciones que requieren hacerlo, yo no lo necesito.

-- zorra.

-- puta.

-- loco.

-- drogadicto.

-- no serás nunca nada.

hm...es cierto, es fácil insultar a alguien y perder la dignidad.

Estoy enfermo, no estúpidoWhere stories live. Discover now