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Confianza

Es curioso como, la mayoría de veces, las cosas son tan difíciles de construirla, de crearlas, de conseguirlas y solo en unos instantes podemos perderlas.

Como cuando alguien, en cualquier parte del mundo tarda años en construir su casa y gasta todo su dinero y esfuerzo en acabarla. La convierte en su hogar, en el cuál guarda todos sus buenos recuerdos, donde se acomoda tanto a ella, que no se da cuenta de lo importante e imprescindible que en realidad es en su vida. Él sabe que siempre va a estar allí, y probablemente ya no se acuerde de todo el esfuerzo que hizo para conseguirla. Hasta que un día, de la nada, aparecerá una tormenta que la derrumbará en cuestión de segundos, casi sin dejar restos. Probablemente, esa sería  la única forma en la que el hombre se daría cuenta de lo importante que era en su vida, y que quizás no la pueda recuperar más. Sí, es cierto que construiría otra con mucho más trabajo y esfuerzo, pero nunca volvera a ser como la primera. Y con total certeza, la recordará con mucha nostalgia y se arrepentira mil y una vez por haberla perdido.

Eso es la confianza, algo que tarda mucho tiempo y esfuerzo en conseguirse y en pocos instantes puede ser durrambada, quizás para siempre, quizás solo sea temporal, y como haría el hombre, habría que empezar de nuevo, pero la confianza no es algo que vuelva con el tiempo, la espina seguirá clavada siempre...

                                                   Aunque nada es para siempre.