Capítulo único

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Por más extraño que fuese, el color favorito de Kaminari nunca fue el amarillo. Muchos lo asumirían dada a su naturaleza alegre que era muy del color, por su color de cabello o de ojos. El amarillo representaba alegría, vivacidad, luz.

Y Kaminari sabía que el color era lindo, pero no era su favorito.

Amaba el morado, con todas sus variaciones: púrpura, violeta, índigo, lila, lavanda. Le apasionaba aquel color aunque todos lo asumieran con algo triste, algo apagado, algo furioso.

Por eso, lo primero que le atrajo su atención hacia Kyōka fue el color de su cabello y ojos. Morado, morado oscuro junto a una personalidad que quedaba ideal con aquel color. Era como si ella hubiera nacido para tenerlo, para vivirlo.

Y a Denki eso lo volvía loco.

El chico parecía vivir de aquel color, por eso fue tan irresistible ver los labios oscuros de Kyōka cuando se estaba probando aquel labial. Y por eso, él es un idiota que no cerró la boca.

—Kyōka —llamó. La chica le miró sorprendido, siendo que él había usado su nombre de pila. Estaban encerrados en la habitación de Kyōka, ella enseñándole a tocar cuando decidió que era buen momento de probarse un labial violeta.

—¿Qué quieres, idiota? —le preguntó ella con una suave sonrisa. Kaminari estaba notando que ella ya no se burlaba demasiado de él, que sus burlas estaban acompañadas de sonrisas y miradas suaves.

—¿Puedo besarte? —le preguntó provocando un sonrojo en la muchacha. Los labios de Jirō temblaron, buscando algo que responder, pero estaba muda.

Denki nunca había visto a Kyōka de esa forma y le pareció tan hermosa. Kyōka cerró los ojos y suspiró.

—Nunca he besado a nadie —respondió la chica—. Pero podría probar contigo

Probar.

Solo una prueba.

Le dolía un poco, porque en verdad le gustaba Kyōka.

Pero decidió quitarle importancia, solo pensó en probar aquellos labios púrpura, en aquellos ojos y cabello morado que inundaba su cabeza.

Asintió.

Kyōka dejó la guitarra que tenía en sus piernas a un lado y se acercó a él. Sus respiraciones estaban apresuradas mientras sus bocas se juntaban y Kaminari se acercó más conectando sus bocas. Los labios de Kyōka eran suaves y placenteros, el labial olía a uva y a Kaminari le encantó.

El muchacho tomó a la chica de los brazos, acercándola más a él y Kyōka se dejó llevar, se acercó más a él al punto de sentarse en su regazo y pasar sus dedos entre aquel suave cabello rubio.

Fue un beso apasionado, aunque hubiera inexperiencia por parte de Kyōka. Ella se dejó llevar, y sintió las manos de Kaminari quemar cuando él apretó su cintura.

Soltó un pequeño gemido ante el calor del momento y sintió que su piel se erizaba ante la estática y los pequeños choques que la recorrían.

Ella podía inundarse completamente, quedarse todo el tiempo entre los brazos del rubio.

Pero era una prueba.

Una gran prueba.

.

Los adolescentes eran tontos, de eso no había duda. Kaminari y Jiro decidieron que su relación seguiría de manera normal, solo amigos sin importar aquel delicioso beso que ambos habían compartido.

Había sido solo una prueba.

Luego de la prueba entre las clases a y b junto a Shinsō, Kaminari comenzó a descubrir que tal vez no era tan hetero como creía. Había algo en Shinsō que le gustaba, además de ese hermoso color de pelo. Al comienzo quiso creer y hacer creer a todo el mundo que era solo para hacer una amistad con el chico de rostro aburrido, pero luego de ver aquellos ojos índigo brillar ante la aceptación a la clase de héroes, sintió que algo en su interior se removía.

PurpleWhere stories live. Discover now