—Nada que hacer— respondió casi mecánicamente, breves segundos antes de recordar que había quedado de ver a Minho aquella noche—. Espera, no. Tengo un compromiso.

—¿Con quién?

—Minho. El de las aguas termales ¿recuerdas?— Jungkook asintió con lentitud y Taehyung juraba ver los flashbacks reproduciéndose en la cabeza del pelinegro.

—¿Y adónde irán?

—A un bar, en el centro. Dijo que era nuevo.

¿Por qué estaba dándole tanta información? No tenía ni la menor idea. ¿Acaso esperaba que Jungkook se pusiera celoso? Tal vez, lo que era ridículo. No podía esperar que Jungkook se preocupara cuando ni siquiera albergaba sentimientos por el castaño. Pese a lo mucho que había intentado encontrar una explicación esperanzadora y romántica para aquel beso en la noria, siempre volvía al principio, dándose cuenta de que la única razón lógica tras el beso, era nada más y nada más que una simple distracción.

—¿Un bar?— El tono molesto en la voz de Jungkook hizo que el corazón de Taehyung revoloteara. ¿Quizás...?—. Ten cuidado. La última vez que fuimos a un bar, un idiota trató de sobrepasarse contigo.

Oh. Eso. Claro. Jungkook quería darle un consejo, un consejo de hermano mayor preocupado que necesitaba velar por el bienestar de su hermanito. Una estaca en mi tórax dolería menos. Sólo digo.

Bebió el resto de su café en silencio, preguntándose por qué el universo era tan cruel, como para hacer que se enamorara del mismo hetero-imbécil que lo rechazó en la secundaria. ¿Esto lo convertía en masoquista? Posiblemente. No obstante, no era como si pudiera evitarlo; el corazón nunca obedecía al cerebro.

「。。。」

Encontró a Minho sentado en la barra.

—¡TaeTae!— lo saludó, acercándose para envolverlo en un abrazo. Taehyung palmeó su espalda—. Qué bueno que hayas venido. Te pedí un trago.

—Oh. Gracias— aceptó, antes de recibir el vaso de líquido azul. Examinó el lugar con la mirada, desde la pista de baile hasta los sillones en la parte trasera. Estaba atestado de gente—. Se ve agradable.

—Lo es... ¿Quieres bailar?

Parpadeó, levemente desconcertado por la propuesta, mas asintió. —Seguro.

Minho cogió su vaso de la barra y comenzó a caminar en dirección a la pista de baile. Taehyung le siguió, tragándose los nervios que la multitud le provocaba. Prefería lugares tranquilos, callados, aislados. Pero no hace mal salir de vez en cuando, se convenció. Socializar y quizá beber un poco. No era precisamente su idea de diversión, pero siempre podía adaptarse.

Transcurrió cerca de media hora, tal vez. El líquido azul no sabía mal; era dulce y suave, aunque debía admitir que se sentía un poco mareado tras tomarlo. Llevaba dos vasos —¿o tres?— gracias a que Minho se había ofrecido a ir a buscar otra ronda a la barra.

Sinceramente, la experiencia no era desagradable como inicialmente había creído que sería. La música no le rompía los tímpanos y el calor que generaba la multitud era acogedor. Se sentía relajado, y feliz, tan feliz que risas huían de su boca sin motivo alguno.

Rent A Boyfriend •• KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora