— Vuelve en este preciso instante a la sala, no he terminado contigo. — Masculló su padre, con tono amenazante y sin elevar la voz.

— Sólo he venido a buscar un poco de ropa para Dongsook, ya me voy. Te estoy avisando. — Salió de su habitación con una mochila, y entró en la de su hermana.

— No, no te irás. — Su padre avanzó hasta quedar frente a la habitación de Dongsook.

Donghyuck, al verlo de pie bajo el umbral de la puerta, cerró la misma de un azote en el rostro de su padre.

— Sí mi iré. — Tajó Donghyuck desde dentro de la habitación, sacando un sostén y unas bragas de un cajón y colocándolas dentro de la mochila. Luego buscó en otro cajón una remera y una falda para que Dongsook se coloque al salir del hospital, y tras colocar también un par de calcetines, abrió la puerta y salió de la habitación esquivando a su padre.

— ¿Crees que te controlas solo? — Su padre lo cazó nuevamente del cabello, evitando que avance y logrando que Donghyuck vuelva a insultar debido al dolor. — Tienes 16 años, no tienes edad ni para tomar alcohol, y ¿Crees que puedes controlarte solo?

— Sí. — Respondió Donghyuck, sonriendo de lado.

Su padre le dio otra bofetada aún más fuerte que las anteriores a la vez que soltaba su cabello, y Donghyuck trastabilló hacia atrás. Al chocar con la pared, elevó su mirada con odio puro en ella.

Sin embargo, se volteó y entró a su habitación.

— Si llegas a salir de esta casa y no es para ir al internado, no te molestes en volver. — Sentenció su padre, caminando nuevamente a la sala. — Estás advertido, Donghyuck.

Donghyuck quiso gritar de frustración e impotencia, pero no lo hizo. No le daría el gusto a su padre de lograr sacarlo de quicio.

En cambio, de un manotazo, sacó de dentro del armario el primer bolso de viaje que vio. Comenzó a llenarlo de ropa con desgano y rabia, aguantándose las lágrimas.

— ¿Qué está pasando aquí? — Donghyuck, en medio de su mudanza, oyó la voz de su madre en la sala.

— El imbécil de tu hijo se ausenta del colegio cuando quiere, eso es lo que pasa. — Oyó decir ahora a su padre.

Apretando los labios deslizó bruscamente el cierre del bolso para luego calzárselo al hombro junto con la mochila en la que llevaba la ropa de Dongsook.

— Me largo de aquí. — Espetó saliendo de su habitación y caminando directo a la puerta de salida.

— ¡Donghyuck! — Exclamó su madre. — ¿A dónde crees que vas tan tarde?

— Si sales de esta casa no volverás a entrar, ya te lo he dicho. — Repitió su padre.

— Voy a ver a mi hermana al hospital. — Respondió Donghyuck la pregunta de su madre, ignorando a su padre.

— ¿Dongsook está en el hospital? — Preguntó, sorprendida, la mujer. Donghyuck asintió. — ¿Y por eso te has ausentado del colegio? — Ella suspiró, y Donghyuck cerró con fuerza sus puños. — Cariño, la época de exámenes comenzará en cualquier momento, no puedes distraerte.

— Que te den. — Soltó. Su madre abrió los ojos de par en par, formando una "O" con la boca.

— ¡¿Cómo me has dicho?! — Exclamó, indignada.

— Y a ti también. — Se dirigió a su padre, provocando que éste enrojezca de rabia. — Que les den a los dos. No sé qué se piensan que es ser padre, pero definitivamente están equivocados.

GENDER BENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora