Parte 1: Primer Amor

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Los brazos más seguros que alguna vez pudo haber probado mi alma siempre fueron los del Rey, no se que tiene su majestuosa presencia pero cuando estoy junto a Él, me convierto en una simple niña, es como si las capas de mi persona, aquellas que se formaron con el tiempo transformándome en una persona adulta, se desmoronaban y dejaban en mi lo más tierno, un centro escondido que se accionaba con el Rey cerca de mí, era extraño, me fascinaba estar a su lado, continuamente me visitaba, a veces salíamos a pasear y los lugares a donde me llevaba eran los más hermosos que podía llegar a ver, en ocasiones, nuestras citas se basaban en quedarnos en silencio, nos mirábamos el uno al otro como si hubiera mucho que contemplar, en lo personal jamás supe que miraba Él en mí, no tenia mucho que mostrar y no creía ser tan interesante como Él lo era, porque yo si podría pasar horas mirando todo su corazón y jamás me cansaría de ver lo maravilloso que era, sus ojos sublimes me llevaban a otro mundo completamente diferente y no me daba cuenta si yo aun existía, podía ver en Él los mas misteriosos secretos y créanme cuando les digo que no comprendía ninguno de ellos pero me cautivaban el corazón, a veces el Rey me contaba historias, yo también le contaba algunas pero las suyas siempre eran más impresionantes, el sonido de su voz era lo mas normal que pudiera escuchar, pero algo fluía de Él por que cuando hablaba, mi corazón ardía.

Un día el Señor vino por mí, dijo que me llevaría a un lugar nuevo, que lo había preparado para mí, la verdad, me fascinaba que me amara, no tenía ni idea porque hacia este tipo de cosas por mí, yo no era nada especial pero completamente emocionada lo acompañe a donde Él quería ir, su sonrisa de emoción me causaba la más grande satisfacción y me sentía mas pequeña cuando Él me miraba. Hace tiempo que quería darle algo, me sentía en deuda y mas que eso, siempre era Él el que daba, no había dejado de dar desde que me regalo la vida, pero todo lo que existía era suyo, ¿Qué podría regalarle? En un momento me cubrió los ojos y sonreí, sabía que Él jamás me dejaría y que sus sorpresas eran las mas perfectas, entonces me dejó ver y un pequeño paraíso pude contemplar, no sé cómo describírtelo, pero había ahí las mas hermosas aves, flores y se veían montañas nevadas a la distancia, el viento que ahí corría llevaba consigo pétalos de rosa y un perfume especial. Sin soportarlo más cubrí mi rostro, lloré entonces por la belleza de mi Señor ¿Quién era yo? Jamás lo merecí, pero aprovechando que el Rey se sentaba en una piedra en la colina, busque entre las flores, tome las mas bellas y las adorne con el listón que llevaba mi cabello, entonces me acerque a Él y con lagrimas en mis ojos se las ofrecí.

-Se que todo lo has creado, nada tengo que no sea tuyo ya, pero me has dado tanto que necesito ofrecerte esto, nadie me ah amado como tu y estoy segura de que yo nunca eh amado a otro como a ti, no sé como, ni por que me has mirado a mí, entiendo que jamás podre darte como tú me has dado, eres el Rey sobre todas las cosas y yo siempre te perteneceré. Se que esto no es mucho, se que no es impresionante, no tengo un poder en mis manos para lograr asombrarte porque tu eres Dios, pero te amo, te amo de verdad y debes ver que me disminuyo a la nada sin ti, por favor no mires las flores, tu mismo las hiciste bellas, pero sé que sabes que eh puesto mi corazón en ellas y es para ti.

Sequé mis lagrimas mientras Él me miraba, un fuerte abrazo sacudió mi corazón, entonces pude escuchar el latir del suyo, lo conocía bien, pasaba mucho tiempo pegada a su pecho.

-Me encanta- dijo Él.

No se tú, pero yo jamás recibí mejor recompensa.

Pasamos ahí toda la tarde, tenerlo era querer que jamás desapareciera, era como probar algo tan bueno que al comer alguna otra cosa ya nada sabe igual, creo que mi Señor acaparo todo en mi vida, como si se adueñara de todo a mi alrededor, se convirtió en mi vida y aprovechando que estaba yo a su lado, comencé a hacerle preguntas, la verdad, ninguna de esas cosas realmente eran de suma importancia pero amaba cuando el Rey me explicaba las cosas, cuando me hablaba con palabras sencillas y le pregunté sobre las flores, le pregunte por el color del cielo, le pregunte por las nubes, le pregunte por sus formas, le pregunte por el viento y por los granos de arena de la playa, le pregunte por las montañas y por las estrellas, le pregunte por el agua, y por las galaxias, mi intención no era tener conocimiento, tan solo quería saber lo que en su corazón guardaba, de donde habían venido tantas maravillas y me enamoraba mas de Él cuando lo escuchaba hablar, su sabiduría era infinita, entonces quise decirle.

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⏰ पिछला अद्यतन: Apr 27, 2019 ⏰

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