Capítulo 1: Escalera al cielo

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Aquél lugar parecía una sala de espera, un hombre atravesaba la puerta y un sujeto vestido de policía le decía:
—Señor Ismael, usted no debe estar aquí y es probable que un agente externo al destino le haya condenado ha este lugar

—¡¿Qué? ¿Dónde estoy?!—vociferó el pobre hombre.

—Tranquilo, este es el Mundo Espiritual Superior, aquí nosotros el Cuerpo de Seguridad Esotérico nos encargamos de regular la entrada al cielo o al infierno, así como contenemos al Mundo Espiritual Inferior, y luego queda el Plano Mortal, de ahí vienes tú —respondió con calma el gendarme.

—Entonces estoy muerto, pero no recuerdo nada —enunció el mortal.

—Bueno, eso es porque te hemos puesto la máscara Jadelín, sólo los elegidos por el Ente Supremo pueden portarla, así que consideraré afortunado, eres el decimoquinto en Agentes Ente —contestó el efectivo.

—Yo no pedí eso, ¡Quiero mis recuerdos! —exigió el alma que vagaba.

—Se te darán si cumples tu misión en un tal planeta llamada Daedelion en el Plano Mortal —comentó el agente.

—¿Qué debo hacer! —cuestionó el hombre de poca suerte.

—Pues bueno, hay un tipo del que nos gustaría tener su alma y juzgarla, ya que ayudó a unos tales "dorteremitas" a despertar a unas deidades selladas, y digamos que sigue en los mismos pasos —dijo el extraño policía.

—Ajá, y ¿cómo lo detengo? —preguntó el espectro.

—Toma este cuaderno, en él vienen instrucciones e información del caso, tu máscara blanca resalta por una joya roja en la frente, esa joya te permite proyectar energía e ilusiones, así como también te da la habilidad de tener un cuerpo físico o pasar a tu modo fantasmal —repetía como un robot el oficial.

—Oye, pero... —antes de que dijera algo más el mortal, un rayo blanco lo cegó, mientras aparecía en un callejón sucio y oscuro cubierto por una gabardina negra igual que sus pantalones, y un sombrero gris adornaba ese conjunto.

Lo primero que hizo fue hojear el cuaderno y ver si había algo útil, y sí lo encontró: "tan sólo visualiza en tu mente una linea hacía tu objetivo y un haz de luz lo impactará"; siguió la lectura descubriendo que para generar una ilusión debía pensar fuertemente una imagen y superponerla sobre lo que sus ojos veían.

Aunque el cuaderno tuviera algunas indicaciones, el dominio de tal poder tardaría en completarse.



Ente No.15Where stories live. Discover now