-Gracias Hikaru… aunque tus serás la persona a la que más voy a querer siempre- tiró de mi brazo y me dio un beso. –Espero verte pronto-

-Entonces vuelve pronto, tonto- le sonreí. Me devolvió la sonrisa y luego se fue. No pude evitar llorar al ver partir a uno de mis amigos. Armin puso su mano en mi hombro.

-Tranquila tontita, lo volveremos a ver…-

-Lo sé, aún así es triste- se puso delante de mí y secó, violentamente con su manga, mis lágrimas. Eso me sacó una sonrisa, sabía que lo había hecho a propósito. Me quedé mirando como el avión se iba, y luego miré el cielo nocturno un rato hasta que los chicos me dijeron que teníamos que irnos. No hablamos nada en el viaje de vuelta, ninguno tenía ningún deseo de hacerlo.

Volvimos y cada uno fue a su habitación. Accidentalmente desperté a mi compañero de cuarto. Me miró desentendido, pero se dio cuenta que algo me pasaba. Él se paró y me abrazó. Me preguntó qué era lo que pasaba. No me soltaba mientras yo sollozaba en su pecho. Le conté. El acarició suavemente mi mejilla y mi pelo. Me tranquilizo bastante, por lo menos. Me quedé un rato aferrada a él, y luego ambos nos fuimos a acostar cada uno en su cama. No dormí mucho, me la pasé pensando sobre mi amigo, también pensé en Alexy, me dolía que no me había mirado, o yo creí eso, yo quería creer que me miraba y que yo no me percataba de ese hecho, pero tal vez era mi imaginación a pesar de que quería que fuera la realidad. Cómo deseaba que las cosas con él se solucionaran, no soportaba la distancia que había entre nosotros dos. Que la persona que más quieres prácticamente te odie, realmente duele… duele demasiado. Suspiraba y rompía el silencio de la noche con mis sollozos, pero por suerte no desperté a mi compañero, no quería preocuparlo, ni despertarlo nuevamente. En un momento me dormí, finalmente el sueño logró vencerme y fui despertada por mi compañero a las dos de la tarde. Me había saltado el almuerzo por dormir, pero fui igual a la cafetería. La señora Juana, la señora de la cafetería, me había preparado un almuerzo especial para mí, como quería a esa señora, pero había algo más que un delicioso almuerzo esperándome allí, una señora algo bipolar sentada, mirándome fijamente mientras yo comía fuera de hora. Era algo molesta, pero sabía que quería decirme algo y que iba a esperar a que finalizara de comer. Debo admitir que tenía miedo de lo que iba a decirme. Una vez que finalicé, ella hizo lo que siempre, mirar para todos lados y suspirar muchas veces, eso era realmente irritante, pero algún día tenía que acostumbrarme. Luego de unos minutos de hacer lo de siempre decidió hablar.

-Hikaru, tienes que mudarte del área de los chicos y trasladarte a las residencias de las mujeres…-

-¿Por qué?-

-¡¿Preguntas por qué?! Si serás… una chica no puede estar en una habitación sola con un chico, siendo que están en el colegio…-

-Pero Oda es mi amigo y…-

-¡Hikaru! Te vas al lado de las chicas… empaca tus cosas…-

-Pero… ahora voy a estar sola, las chicas entran la semana que viene-

-No importa…-

-¡Si que importa! ¡No quiero estar sola!- me paré de repente -¡No quiero estar sola! ¡No quiero!- grité con fuerzas. Iba a salir corriendo, pero ella me tomó por el brazo.

-¡Deja de escapar de todos tus temores y por una vez en la vida enfréntate a ellos! Sé que te asusta la soledad pero te digo la verdad tienes que salir de los edificios de los chicos, así que…-

-¡Está bien! ¡Me voy a hacer las maletas!...- me fui refunfuñando y quejándome de Tania por enviarme a la soledad de los otros dormitorios, era realmente molesto. Yo sabía que ella lo hacía para ayudarme y lo apreciaba mucho, pero la verdad tenía algo de miedo y no me gustaba estar completamente sola en un gran edificio. Además, cuando uno está solo en la noche en una casa o edificio, comienza a escuchar y ver cosas que tal vez jamás estuvieron allí. Realmente es tenebroso, pero no podía hacer nada. Me dirigí a mi habitación e ingresé con una cara larga. Allí dentro se encontraba mi amigo, escuchando música con sus auriculares y practicando algo de boxeo. Se volteó a verme y se dio cuenta de que algo me pasaba.

-¿Qué te ocurre?-

-Tengo que irme…-

-¿A dónde?-

-A la residencia de las chicas… completamente sola…- no dije nada más y comencé a empacar. Luego de que tenía algunas cosas guardadas hablé nuevamente –la verdad no quiero irme…- no me respondió. Luego de un rato finalicé.

-Si no te quieres ir… ¿Por qué te vas?-

-La directora me dijo que tenía que irme porque no podía compartir la habitación con un chico…-

-Es lógico…-

-Pero le dije que eras mi amigo, aún así no me dejó quedarme…-

-Claro que no… ella tiene razón…-

-¿Qué dices? Somos amigos… ella cree que tu… ya sabes…- lanzó una carcajada.

-¿Crees que porque somos amigos no haré nada?... Vaya que inocente que eres-

-¿Qué dic…?- no pude terminar. Él me había tomado de la cintura y me había plantado un beso. Fue muy apasionado. Me soltó luego de un rato. Estábamos los dos completamente rojos. -¿P-p-por qué?-

-Y preguntas por qué… eres tonta Hikaru… ¡Me gustas! ¿Acaso no te habías dado cuenta?... la verdad no quiero que te vayas, pero no sé si voy a poder contenerme más tiempo después de esto así que es mejor que te marches…- no sabía que decirle. Estaba completamente roja. Tomé mis cosas y me di media vuelta.

-Adiós…-

-No es que te irás para siempre, te veré en las clases y demás- abrí la puerta y salí corriendo de allí. No fui a mi habitación, me dirigí un rato al parque, para descansar. Armin se sentó junto a mí, sorprendentemente estaba fuera, para ser más precisa había sido echado por su hermano. Le conté lo ocurrido y él se rió por algún motivo. Yo seguía roja. Hablé un poco más. Acarició mi cabeza y luego se fue, tomé mis maletas y me fui a la habitación. El edificio era más pequeño que el de los varones, tenía solamente un piso, y creo que veinte habitaciones compartidas. No tenían mucha fe a la concurrencia femenina, al menos no por el momento. En la puerta de mi habitación estaba mi nombre y el de mi compañera de cuarto.

¡¿Cómo terminé aquí?! (Fanfict Corazón de Melón)Where stories live. Discover now