Habrán sido las cinco de la mañana cuando el teléfono de Minho sonó

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Habrán sido las cinco de la mañana cuando el teléfono de Minho sonó.

Había estado casi una hora completa tratando de poder dormir luego de aquella charla con el australiano, tratando de que sus inseguridades no lo carcoman, pero él nunca había sido una persona de suerte, y por esto ahora estaba siendo despertado por el sonido de su celular.

Pensó en no contestar, Minho siempre había sido una persona orgullosa, pero cuando de aquel peliverde se trataba, Minho perdía todo uso de razón.

-¿Te das cuenta la hora?¿Que quieres ahora, Christopher?

-Te fuiste de la fiesta, estuve buscándote por una hora.

-Sí, tal vez porque no me gustaba el hecho de volver a cruzarme contigo después de nuestra amorosa charla.

Hubo un silencio de un par de segundo cuando el australiano volvió a hablar- Estoy afuera de tu casa.

Minho se levantó de su cama y se acercó a su ventana, sacando la cabeza por esta. Desde ahí pudo apreciar a aquel chico con la misma ropa que llevaba en aquella fiesta, pero lo que llamó la atención fue una rosa en su mano.

Chris levantó la mano vagamente cuando vio al pelinegro.

-Vete- dijo hablándole al teléfono otra vez pero sin sacar la vista del chico afuera de su casa.

-¿Podemos hablar, por favor?

- ¿No crees que ya dijiste mucho? Christopher estoy harto, harto de que le digas a tus amigos que yo soy el loco, que sólo logró que te enojes, que soy un stalker o un psicópata....

...No soporto escuchar más como dices que me odias y que sólo saliste conmigo por diversión...

...Dijiste que te daría igual igual sí estuviese muerto, cuando claramente sé que estás enamorado de mí, y que me amas tanto como yo te amo a ti. - tomó un respiro- pero se acabó, no voy a seguir con esto. No voy a seguir siendo una broma para ti.

-Minho...

- No, ya no, vete de mi casa.

Minho pudo ver claramente como le dio una última mirada y bajó la cabeza.

Christopher se acercó al pórtico, y luego de unos segundos se marchó.

El pelinegro esperó un par de minutos para bajar las escaleras y acercarse a la entrada, abrir la puerta y ver aquella rosa a pies de la puerta.

La levantó y entonces rompió a llorar.

Maniático.

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Maniac ~ MinchanWhere stories live. Discover now