—Ya no quiero jugar —negó con la cabeza— algo me dice que perderé.
—Y si pierdes tienes que aceptar el reto.
—No quiero lavar trastes —hizo un puchero.
Lentamente fue acercando su mano hasta el juego, sus movimientos eran tan delicados que luego luego se notaba que en verdad no quería perder hasta que...
—¡AAH!... perdí —su semblante cambió a uno triste pero a la vez serio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡TE TOCAN LOS PLATOS! —gritaste mientras saltabas.
