Mark nunca hacía aegyo.

Estaba más borracho que la mismísima mierda.

— ¡Suéltame idiota! — Gruñó Donghyuck, sin importarle el fingir voz de mujer.

De repente, Mark lo soltó y lo miró sorprendido.

— Qué voz tan profunda... — Soltó Mark, haciendo énfasis en la palabra profunda.

— ¡Qué me meo! — Exclamó Danbi con voz chillona, y salió corriendo hacia el cuarto de baño.

— ¿Pero por qué ha gritado así de la nada? — Preguntó Sunhi, tirada en el suelo.

Iseul se encontraba sentada en una de las camas con la mirada en sus pies, tambaleándose, y a su lado se encontraba Jaemin completamente serio.

Sí, la ronda se había ido a la mismísima mierda. Y el segundo juego jamás se jugaría, porque ni siquiera Jaemin lo recordaba. Todo gracias al vodka.

— Seguro ha querido llamar la atención. — Yoora se encontraba sentada en las piernas de Minkyung, quien éste a su vez se encontraba sentado sobre la otra cama de la habitación.

— ¡La odio! — Exclamó de la nada Iseul, poniéndose recta y elevando la mirada. Todos la observaron atentamente, expectantes.

Sin embargo, no dijo nada más, y volvió a tambalearse en el lugar bajando la mirada.

Donghyuck se volteó a ver a Mark, y se encontró con su rostro demasiado cerca del suyo. Tanto, que sus respiraciones se mezclaban.

Se quedaron unos segundos mirándose a los ojos, sin emitir sonido y sin moverse un milímetro. Hasta que Mark decidió hablar:

— ¿Y si nos besamos para romper la tensión? — Soltó, sin cambiar la expresión de seriedad de su rostro. Donghyuck rodó los ojos y se echó hacia atrás sin responder, recostándose en el piso en un intento de calmar su mareo.

Esto definitivamente no iba como lo planeado.

— ¡¿Qué se pone Súperman cuando sale de la ducha?! — Gritó Minkyung de la nada. — ¡Su perfume!

Yoora cayó de sus piernas y comenzó a partirse de risa en el suelo.

— ¡Eres un idiota, Minkyung! — Exclamó Sunhi desde su posición inicial, también riéndose.

— ¡Ja-ja-ja! ¡Je-je-je! ¡Ji-ji-ji! ¡Jo-jo-jo! ¡Ju-ju-ju! — Minkyung comenzó a girar en la cama mientras gritaba cosas sin sentido.

— ¿Se ha drogado? — Preguntó Jaemin, con el ceño fruncido. Mark se encogió de hombros, riendo al verlo.

— ¡Ella me obligó! — Volvió a gritar Iseul, provocando que de nuevo la sala se sumiera en el silencio y que todos la observaran expectantes.

Pero, otra vez, volvió a su modo tambaleante y cabizbajo.

— ¿Es autista? — Preguntó ahora Mark, y Jaemin comenzó a reír.

— Esto se fue a la mismísima mierda, joder. — Dijo entre carcajadas, tomándose de la barriga ya que le dolía de tanto reír.

— ¡Esto se va a descontrolaaaaaar! — Minkyung se puso de pie sobre la cama y comenzó a saltar. Gracias a los resortes del colchón y a la altura exagerada del muchacho, en uno de los saltos su cabeza logró golpear con fuerza el techo.

Minkyung se dejó caer sobre la cama y, tras rebotar, cayó en el suelo a un lado de Yoora, quien aún reía mientras repetía en su cabeza el chiste que había dicho el muchacho que ahora se retorcía de dolor a su lado.

GENDER BENDERWhere stories live. Discover now