— Deja de drogarte, que los pájaros no hablan. — Donghyuck intentó relajarse, pues el peligro había pasado. — De todas formas, no lo hagas. — Ordenó. — Pídele a tu padre que te siga llevando.

Donghyuck temía que la próxima vez, acabe por descubrirlos.

— ¿Por qué? — Preguntó Mark, haciendo puchero.

— Porque no te soporto, y estos cuarenta minutos de viaje serían una tortura semanal para mí.

— No tienes pelos en la lengua cuando hablas. — Soltó Mark. Donghyuck sonrió sarcástico.

— Se llama sinceridad, gracias por notarlo.

— Se llama mala educación.

— ¡Pero claro! Porque burlarse de los dientes de otra persona no es de mala educación, ¿Verdad?

— Esto y eso es diferente. — Mark sonrió con arrogancia, y Donghyuck quiso bajarle todos y cada uno de sus perfectos dientes de una piña.

— Claro que no lo es. — Masculló, a punto de explotar de rabia.

— Te ves bonita enojada. — Se apresuró a decir Mark, casi interrumpiéndolo.

Donghyuck solo rodó sus ojos y se colocó los auriculares, poniendo la música a tope y mirando por la ventana, ignorando olímpicamente a Mark.

De vez en cuando sentía a Mark picar su brazo, pero simplemente lo ignoraba.

En el único momento que Donghyuck separó su mirada del cristal de la ventana, fue cuando advirtió que habían llegado a su internado masculino. Sólo observó en silencio cómo Dongsook bajaba del bus mientras que Yukhei bajaba su propia valija y la de ella, y luego cómo ambos entraban por las grandes puertas de hierro. Luego de ellos, Youngho bajó con sólo una mochila de equipaje. 

Donghyuck había estado demasiado ocupado ignorando a Mark como para notar que Youngho ya había subido al bus.

En el momento que las puertas del internado comenzaban a cerrarse, el bus volvió a andar.

¿Qué clase de mentira le habrá dicho Dongsook a Yukhei para que bajase su valija? ¿Le habrá dicho que está lesionada, o que está enferma? ¡Yukhei nunca le había bajado la valija a él, por más pesada o liviana que ésta esté!

...

— Esta noche hay una fiesta en la habitación de Mark, él me ha dicho que te invite. — Le dijo Jaemin a Donghyuck, ambos en la habitación de Dongsook.

Jaemin había llegado hacía unos segundos subiendo por la ventana, diciéndole antes por mensaje que tenía un nuevo plan. Ahora Jaemin se encontraba sentado con la espalda recta y sus brazos apoyados en sus rodillas, notablemente incómodo, en la silla del escritorio de Dongsook; mientras que Donghyuck se encontraba despatarrado sobre la cama de su hermana.

— ¿Esta noche? — Donghyuck enarcó una ceja, incrédulo. Jaemin asintió. — ¿Un lunes? — Insistió.

Jaemin se encogió de hombros, rodando los ojos y encorvando levemente la espalda.

— Ha logrado pasar alcohol y quiere aprovecharlo antes de que se lo descubran y confisquen.

Donghyuck asintió.

— ¿Y qué quieres que haga yo? — Preguntó, curioso, sentándose en la cama de un salto.

— Que vayas, por supuesto. — Jaemin sonrió, y Donghyuck rió sarcástico.

— ¿Lee Dongsook yendo a una fiesta? ¡Por favor! ¡Quedaría en evidencia que en realidad no soy mi hermana! — Se volvió a recostar, aún riendo. — ¿Es que eres idiota?

GENDER BENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora