Me reincorporo, tratando de recordar la razón por la cual gasté mi energía para venir aquí en primer lugar.

—Oh cierto—digo, asintiendo. Me acerco hacia él y sujetó su muñeca, indicándole que se levante del columpio—. La pared—digo.

Él frunce el ceño.

—¿Qué hay con ella?

—Vamos.

Lo jalo de la muñeca por el sendero, riendo cuando él casi se tropieza con una pequeña rama en el suelo del bosque. Entro a la casa por la puerta trasera, diciéndole a mi padre que perdí el rastro del conejo. Harry entra por la pared de la sala, al otro lado de la casa.

Finalmente, nos encontramos de vuelta frente a la pared.

—Camina a través de ella—le digo a Harry, asegurándome de mantener mi voz silenciosa.

Él levanta una de sus cejas hacia mí.

—¿Qué estás esperando?—hablo.

Él agita su cabeza, encogiéndose de hombros.

—De acuerdo.

Se para frente a la pared, primero acercando una de sus manos.

Pero ésta no la atraviesa.

Él frunce el ceño acercándola de nuevo, pero su mano se detiene al tocar la pared.

—¿Qué ocurre?—pregunto.

—No lo sé—dice—. No me deja traspasarla—él intenta luego con su pie, pero no hay suerte.

Sé que él caminó a través de la pared de la sala minutos antes, así que, ¿qué hay con esta pared que no lo deja traspasar?

—Esto se está volviendo cada vez más raro—susurro.

—Jane—dice Harry, una rara mirada atraviesa su rostro—. ¿Qué crees que haya detrás?

Levanto un hombro.

—No lo sé. Podría ser cualquier cosa.

—Cualquier cosa—él repite, con la misma expresión en su rostro. Me mira—. ¿Y qué si es mi cuerpo?

Amplío mis ojos. La idea no se me había ocurrido hasta ahora. ¿Es posible? ¿Por qué el asesino pondría el cuerpo de Harry en una de las habitaciones de su propia casa, y luego sellaría la pared? ¿Cómo es que los padres de Harry no lo notaron?

El raro sentimiento de que la familia de Harry puede tener algo que ver con su muerte, me sigue molestando.

—Necesitamos traspasar la pared—dice Harry, en un susurro.

—¿Cómo?—respondo—. No podemos sólo derribarla, mis padres enloquecerían.

—No lo sé—dice, negando con su cabeza. Él mira de vuelta la pared—. Pero tenemos que averiguar que es lo que hay detrás.

(...)

El sueño se rehusa a entrar en mí esta noche.

Cierro mis ojos y trato de despejar mi mente, pero no me siento para nada cansada. Sigo pensando sobre la pared y en todas las posibilidades de lo que pueda haber allí dentro. ¿El cuerpo de Harry? ¿El arma asesina? ¿Una nota del asesino explicando todo?

Con el simple pensamiento de que el cuerpo de Harry pueda estar detrás de la pared, casi causa en mí que la bilis se eleve por mi garganta.

De repente, mi habitación se siente pequeña. Y hace calor. Demasiado calor.

Phantom [h.s] •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora