UNO

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— ¡Maldito! ¡Te mataré!. -decía mi padre una y otra vez. Yo sólo trataba de huir de él.- ¡Tú no eres mi hijo, no sabes cuanto te odio, desde que llegaste sólo fuiste un estorbo para nosotros!. -de tanto correr mi respiración empezó a faltar. No me di cuenta cuando tropecé con una piedra y caí de boca. Me quejé y de inmediato sentí un ardor en mi labio y las rodillas, me era difícil levantarme. Sólo me quejaba del dolor.-

Mi padre me alcanzó y me agarró del cuello. Poco a poco perdía la respiración. se empezó a reír al ver que mi respiración y mis ojos comenzaban a ponerse en blanco.

— Por fin te vas a morir pedazo de mierda. -me apretó con más fuerza.-

¡Déjalo! ¡Lo vas a matar! -decía mi madre desesperada. Mi padre de inmediato me soltó del cuello, yo sólo comencé a tocer y a contener de nuevo la respiración.-

Quiero que este mocoso desaparezca de mi vista. Mátalo, regalarlo, abandónalo, Yo que sé... Sólo no lo quiero volver a ver. -desapareció en medio de la noche.-

Mamá... -la vi con los ojos llorosos.-

Vamos Tae, ya oíste a tu padre.

¡ÉL NO ES MI PADRE! ¡NO ME QUIERE! Vayámonos sólo tú y yo, mamá. -la abracé con fuerza.-

Tae, por favor. No puedo mantenerte y lo sabes muy bien. -se levantó y empezó a caminar.- Ven, que no tengo toda la noche. -empezamos a caminar las calles solitarias de Seúl.- Quédate aquí, aquí te cuidarán bien. Prometo venir luego por ti. Te amo. -me besó la frente y derramó algunas lágrima.-

Con dificultad vi como se despedía de mí, con un gran llanto sólo vi como desaparecía entre la oscuridad.

¡Mamá.! -quise correr hacia ella, pero alguien me detuvo.- No, mamá... ¡Suéltame! -trataba de zafarme de la persona que me estaba agarrando, pero fue inútil.-

Me desperté de golpe y suspiré.

— ¿Otra vez la misma pesadilla? -dijo Charlotte viéndome fijamente.-

— Sí... -respondí y me volví a recostar en mi cama.-

— Ya levántate, que se hace tarde. -dio unos leves golpes en mi cintura.-

— Mamá... Cinco minutos más, ¿Sí? -adormilado dije.-

— No. Anda, que se hace tarde, tu padre te llevará a la universidad. -dijo para después destaparme por completo. Suspiré y me levanté.-

No tenía de otra.

— Odio la Universidad. -dije de lo más normal.-

— Más te vale que te apliques TaeHyung. No quiero volver a ir a la Universidad por ti. Compórtate, ya estás grande. -Puse los ojos en blanco y asentí.-

Diecinueve años, recién cumplidos.

— Sí, sí mamá. -me estiré para empezar mi primer día de Universidad después de las vacaciones. Se me hicieron bastante cortas.-

Charlotte y Javier -su esposo- Me adoptaron después de estar seis meses en el orfanato de Corea, mi país natal. Ellos son de Estados Unidos, los Ángeles. Tienen dos hijos de sangre propia, y aunque yo no tenga su sangre, me tratan como si lo fuera. Mis hermanos ya están juntados, así que soy el único que falta por graduarse y casarse, aunque eso sólo me dan ganas de vomitar. Mis primeros diez años fueron una mierda, pero gracias a ellos mi vida cambió por completo, y se los agradezco cada vez que puedo.

°°°

— Adiós hijo, que te vaya bien. Pon mucha atención en clase, no te distraigas y... -la interrumpí.-

© 𝐂𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬 || 𝑻𝑯 ✔Where stories live. Discover now