Ella iba a replicar pero su enojo se olvidó cuando lo escuchó decir eso.

   Se acercó de nuevo a él y fue recibida con un abrazo brusco y sentada en su regazo.

  La mano de Hurs se colocó en su pierna y subió por la pierna hasta colarse bajo el vestido suelto que la joven llevaba.

   Comenzaron a besarse cada vez más apasionados olvidando que estaban en casa de la chica y que en cualquier momento podría llegar alguien.

   Hurs metió la mano cada vez más dentro sin obtener resistencia por lo que comenzó a besar su cuello y bajó el tirante de su vestido sin sacar la mano y acariciar sus muslos.

   Poco a poco las cosas se fueron haciendo más intensas hasta que ella se colocó a horcajadas sobre él y las manos de Hurs volvieron bajo su vestido esta vez acariciando sus glúteos y besando sus labios a ratos y sus senos.

—Buenas tardes —dijo una voz que los hizo separarse—. Me alegra verlos tan cariñosos pero agradecería que no lo hicieran en mi casa. Scarlett me gustaría hablar contigo.

—Señora Kannavage —dijo Hurs poniéndose de pie y sacando a su novia de encima de él—. Si me permite tal vez podría hablar con usted al respecto.

—No veo que tenga que hablar con una aprovechado —dijo molesta—. Están claras cuáles son sus intenciones con mi hija.

—¿Mis intenciones? ¿Es que me ve cara de pervertido? —preguntó ofendido—. Creo que su hija es lo suficientemente adulta para saber lo que hace.

—¡Mi hija no ve! —dijo silenciando a Hurs y escuchado el jadeo de Scarlett que se puso de pie—. ¿Qué sabe usted de lo que mi hija siente o deja de sentir? Ella no puede valerse por sí misma y por lo tanto no puede tomar decisiones por sí sola.

   Hurs entendió entonces aquello de lo que Scarlett le hablaba. La trataban como una niña, cómo alguien que no era capaz de pensar. Sintió rabia de ser él quien provocó eso.

—Será mejor que vayas a tu cuarto niña —sentenció la mujer—. Tú y yo vamos a hablar de esto más tarde pero antes voy a poner a este hombre en su lugar.

—Creo que a la que le falta visión es a usted y no voy a permitir que le hable así aunque sea su madre —dijo empezando a enfadarse—. Scarlett es una mujer, no una niña y no tiene ningún derecho a tratarla como una retrasada, ¿Alguna vez se ha preguntado si a ella le gusta saberse dependiente? ¿Si le gusta que la traten como irracional y lisiada? ¿Se ha preguntado si ella merece que le traten como niña y le recuerden a cada segundo su condición? ¡No, no se lo ha preguntado! —gritó perdiendo los papeles—. ¡No lo ha hecho porque solo piensa en usted, en que no le duela a usted, en sobre protegerla para que no le pase nada! ¡La sobreprotege porque es más cómodo para usted! Así no sufre. Eso es egoísmo. Le está robando su vida y ella no está muerta. Su familia la está matando en vida.

   La mujer miró a Hurs con lágrimas en los ojos.

—Qué puede saber un vividor bueno para nada de lo que mi hija quiere y siente. Soy su madre y nadie mejor que yo sabe lo que mi hija quiere. ¡Largo de mi casa! —dijo con el temple que le quedaba—. No quiero verlo más por aquí ni cerca de mi hija.

—Eso no lo decide nadie más que ella —respondió—. Voy a dejar de verla cuando ella lo decida, cuando ella me lo pida, mientras tanto tiene dos opciones, o se va cuando yo venga o simplemente me ignora.

—Esta es mi casa —dijo la madre—. No voy a permitir…

—Esta es la casa de mi amigo aún —dijo resuelto—. La boda no se ha efectuado. Deje su doble moral, no la vi poner peros cuando Maddox comenzó a pretender a Brooke, bien sabe la reputación de mi amigo pero no lo hizo por una razón y los dos sabemos por qué así que guardé cualquier estupidez que vaya a decirme.

DOMAR A LA BESTIA (EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 2)Where stories live. Discover now