•PRESA PERFECTA

dos.

CASSIA

Todos se habrán dado cuenta de que tipo de chica soy. A pesar de que las historias no nombran muy seguido personajes como el mío.

No soy popular y no soy nerd, soy el punto entre esos dos. Medianamente popular, ruda y guarra. No lo sé, funciona bien para mí.

Las miradas continúan siguiéndome en el camino al auditorio, aún tengo esa sensación de incomodes cada vez que pasa, pero es mi último año, me alegro de no ver más a estos cabeza de culo. Solo quiero irme cagando ostias de este maldito instituto.

Le doy un fuerte empujón a la puerta haciendo que choque contra la muralla y haga un horrible sonido. Todos me miran de reojo, nadie se atreve a mirarme de frente cuando estoy demasiado cerca, es la razón por la que me siento más tranquila en los auditorios. Nadie prestándome más atención de la necesaria.

El señor Bieber mira nervioso sus zapatos mientras la directora le dice algunas palabras al oído. Es tímido y quizás inocente, es lo que busco en los chicos, a pesar de que suene enfermizo ¿Han oído de los chicos que buscan vírgenes? Es algo parecido.

Me siento en uno de los últimos asientos y cruzo mis piernas por los tobillos para inclinarme en la silla y ponerle atención al castaño en medio del escenario.

Se aclara la garganta y por primera vez mira hacia enfrente, permitiéndole a todo el mundo ver sus ojos mieles.

—Buenos días alumnos, mi nombre es Justin Bieber, señor Bieber para ustedes y seré temporalmente el reemplazo del señor Devine, quien lamentablemente sufrió un accidente durante las vacaciones. –Su voz es ronca y rasposa, estoy segura que podría correrme solo escuchándolo decir unas cuantas cosas sucias para mí, la idea de corromperlo hace que mis latidos vayan ligeramente más rápido- ¿Preguntas?

Ashley levanta su mano y no puedo evitar bufar, haciendo que el señor Bieber mire directo hacia mí recorriéndome cuerpo con la mirada, traga, haciendo que su manzana de adán se mueva escandalosamente. Levanto una ceja y lo desafío, esperadamente el quita su vista y mira nerviosamente hacia Ashley para darle la palabra.

—¿Tiene novia? –Me lo esperaba-

Rio amargamente y pongo mis brazos tras mi cabeza. Él se sonroja y contesta. —No me refería a ese tipo de preguntas.

Levanto la mano y todos se quedan en silencio. Hablo sin que me dé permiso. —¿Cuántos años tienes?

Él no me reprende en lo absoluto y tartamudea al responder. —Veinti-Veinticuatro. –Toma una gran bocanada de aire y afloja su corbata con las manos temblorosas. Puedo ver lo asustado que esta-

Asiento y dejo de acosarlo con la mirada para cruzar los brazos encima de la mesa y dormir. El sueño siempre me viene bien para crear planes guarros. Además, ni el profesor más caliente del mundo podría hacer que yo pusiera atención a la clase de geografía.

Un papel cae directo en mi cabeza y me levanto lista para asesinar a alguien.

Miro a mi alrededor y no hay nadie, excepto claro, el profesor. Fijo mi mirada en él y el en seguida la esquiva, me gusta el juego del gato y el ratón.

—La clase termino hace 10 minutos, creo que ya es hora de irse. –De pronto despierto completamente de mi siesta y me doy cuenta de que estamos solos. Perfecto, les dije que el sueño siempre ayuda-

Lo miro divertida y me acerco a su escritorio para sentarme en el borde. —La verdad, me gustaría quedarme un poco más, para conocer a mi nuevo maestro, ya sabe. –Le digo juguetonamente, haciendo que suelte algunas de las pruebas que está organizado-

—E-Es que estoy algo ocupado. –Se agacha a recogerlas y yo aprovecho para pasar mis dedos entre su cabello, recorriendo luego el borde de su oreja hacia el cuello-

Él se levanta rápidamente y me mira avergonzado. Tomo su barbilla y planto un pequeño beso en sus labios. —Bienvenido señor Bieber. –Camino hacia la puerta y antes de cerrarla me volteo para mandarle un beso por el aire a un agitado Justin Bieber-

 El ardiente Justin Bieber y su voz de sexo será mi meta este año. Encantador.