Me acuerdo que cuanto más crecía más curiosidad tenía por el pueblo y el mundo exterior, ya que lo más lejos que yo llegué fue a la verja que había delante del pequeño patio que había delante de mi puerta, yo tenía gran envidia de mi hermano ya que el cada día salía junto a mi padre a correr por el bosque y yo me quedaba en mi casa encerrada, le reprochaba a mi madre que por qué no podía salir si yo no era como ellos, ella me contaba que como era muy pequeña yo podía decir algo respecto a esto y aunque yo repetía una y otra vez de que no diría nada ella hacía oídos sordos y me ignoraba, yo acabé cansándome de insistir, y aunque yo no quería seguir dando clases en casa me callaba y las daba. Cuando tenía 16 años cerca de los 17 me dijeron mis padres que el próximo entraba en el instituto que ellos ya me veían lo suficientemente madura como para poder ir, aunque era el último año el que daría, ellos querían que yo socializara, sinceramente, yo pienso que es porque cada día yo era más callada y más reservada para mí y eso le preocupaban.

Y esto es un poco mi historia hasta el día de hoy donde entro en el instituto por primera vez, yo estaba muy nerviosa, hace como unos 10 años que no veía nada relacionado con el pueblo, pero eso no significa que no sepa nada sobre el exterior, como por ejemplo la tecnología, claro que sabía lo que era, no era una chica pobre ni nada relacionado, puede que tenga un colchón que daba asco, pero tenía un mac en mi casa, y aunque no sea mío y solo lo podía usar con mis padres delante, sabía usarlo, y aunque no tuviese un móvil sabía usarlo, no lo tenía ya que no le veía utilidad ya que no salía de la casa, sin embargo mi hermano me dejaba usar de vez de cuando el suyo, él tenía uno ya que mis padres se lo regalaron cuando cumplió la mayoría de edad, mis padres le daban más libertad a él que a mí, el con mi edad también salió al pueblo por primera vez y entró en el instituto como yo lo haría, ahora él se encuentra en la universidad del pueblo casi acabándola, él sería medico como lo era mi padre, era bastante justo a mí me dejarán salir cuando a él le dejaron, lo veo justo.

Yo me encontraba vistiéndome para el insti, me vestí con unos pantalones negros rotos, una camiseta de tirantas negra, una blusa abierta de cuadros rojos y negro, unas converses, un gorrito negro, me puse unas pulseras y lista.

Mi hermano me había llevado en su coche al instituto, iba unos 15 minutos antes ya que me tenía que encontrar con el director del instituto, para que me diese el horario y me dijera en cual sería mi taquilla correspondiente. Antes de poder bajarme del coche mi hermano me llamó y me entregó un pequeño paquete envuelto, cuando lo cogí me extrañé ya que pesaba un poco.

- ¿Qué es esto? – él me hizo un gesto con la cabeza para que lo abriese, yo como siempre rasgué el papel, no era nada cuidadosa. No podía creerme lo que veía, era un móvil, mi primer móvil, di un pequeño gritito de emoción lo que hizo que mi hermano se riera, rápidamente lo abracé.

- Me dijo mamá que te lo diese antes de entrar a clases, y que para lo que sea que nos mande un WhatsApp o que nos llames, toma, en este papel tiene nuestros números nada más que tengas un pequeño hueco nos agregas y nos manda un mensaje a alguno de nosotros para poder agregarte. - yo asentí como una loca, y antes de salir del coche le dí un beso en la mejilla y me bajé.

Cuando bajé pude divisar algunos alumnos que habían llegado antes de tiempo, algunos se saludaban por ser el primer día, otros que ya venían en grupos entraban directamente en clase, yo me encontraba parada en medio del patio mirando a mis alrededores, después, me quede unos minutos debatiendo si entrar en el instituto o salir corriendo cuando alguien cocha contra mi hombro haciendo perder un poco el equilibrio y dar un paso hacia delante para no caerme de boca al suelo, cuando miro hacia adelante para ver quién es solo puedo observar la espalda de un chico, era alto, tenía una espalda ancha, era rubio algo más claro que el mío, al igual que yo vestía de negro, no pude seguir mirándole ya que desapareció de mi vista cuando entró al instituto, cuando desperté de mi pequeño trance mi primer pensamiento fue, que maleducado es ni si quiera se ha disculpado por chocarse conmigo. Entré al instituto y a la entrada se encontraba conserjería me acerqué y pregunte por la localización sobre el despacho del director, me preguntaron que quien era, yo solamente dije que era nueva, la conserje se levantó y me dijo que m acompañaría al despacho del director, algo que agradecí porque con lo torpe que soy seguro que me hubiese perdido enseguida.

Después de que el director me diese mi horario, me enseñara cual sería mi taquilla y me diese la clave, me acompañó a mi clase la cual acababa de empezar y el profesor acababa de entrar después de todos los alumnos, el director, el Sr. Smith, le dijo al profesor que era nueva y que me dejaba en sus manos, el profesor me presento delante de la clase y me dijo que me sentara, me senté en una mesa al lado de la ventana en primera fila, al lado de una chica pelirroja con ojos claros y piel clara, nada más sentarme me puse a mirar el cielo, como de costumbre estaba nublado, apunto de llover, volví a mirar hacia delante cuando el profesor en su presentación fue interrumpido, cuando la puerta se abrió apareció el chico de antes, el profesor le regañó pero este parecía indiferente tan solo asintió con la cabeza y se fue para un asiento al final de clase.

Cuando terminó la clase del profesor Ramírez, se nota que era profesor de español, todos se levantaron y fueron hacia sus respectivas clases a mi ahora me tocaba matemáticas, con mi madre, si, mi madre me daba clases, pero que se le va hacer cuando un pueblo es tan pequeño que solo tiene un instituto..., cuando salí de la clase de español alguien me toca el hombro, yo dando un bote por el susto me doy la vuelta y veo que es la chica pelirroja de antes, me habló mientras caminábamos hacia la siguiente clase.

- Hola, soy Emma, por lo visto somos compañeras en español, ¿te puedo hacer una pregunta? – la chica era bastante alegre y no paraba de sonreír, yo le dí una pequeña sonrisa.

- Ya me estás haciendo una. – ella se rio, me pareció muy bonita su risa, la mía era como la de una foca, sinceramente era horrorosa. – claro, dime.

- ¿Eres nueva en el pueblo?, es que nunca te había visto por aquí, por eso pregunto, sin embargo, te me haces conocida – soltó una risilla nerviosa.

- No, no soy nueva, es que estudiaba antes en casa – ella me miro extrañada como si fuese algún ser extraño haciéndome sentir incomoda.

- ¿Y cómo que estudiabas en casa?

- Por motivos familiares.

- Mmm, perdona te veo incomoda, no quería hacerte sentir incomoda.

- No pasa nada, parece ser que hemos llegado ya a clase.

- Si, si quieres te puedes venir conmigo en el recreo, normalmente me sentaba con una amiga, pero ella se graduó el año pasado, vaya si quieres, si no, no pasa nada.

- Claro, no conozco a nadie. – cuando me senté mi madre entró por la puerta, ella y yo habíamos acordado que en clase actuaríamos como alumna y profesora, nada de familia.

La clase de mates se me pasó bastante rápido ya que me encantaban las mates, a lo largo de la siguiente hora se me hizo algo más pesada ya que tocaba lengua, una signatura que no me agradaba demasiado.

Cuando tocó la sirena dando el comienzo del recreo ella y yo nos dirigimos a la cafetería, caí en la cuenta de que se me había olvidado el dinero de esta mañana encima de la encimera, así que me tuve que acercar a mi madre, quien estaba sentada junto a otros profesores, me morí de la vergüenza cuando Emma me preguntó que hacía y yo no dije nada y me acerqué a mi madre a pedirle dinero para la comida, cuando me acerqué a Emma me miro muy extrañada y yo le tuve que explicar que la profesora de matemáticas era mi madre, le pedí que no lo contara que no quería que la gente penara que como era mi madre ella tendría favoritismo hacia mí a lo que ella aceptó.

Después de comprar la comida nos dirigimos a una mesa cuando terminé de comer me levanté para tirar los restos de comida que quedaba y no me iba a comer y cuando me dí la vuelta con la bandeja en la mano me choqué con alguien, quien resultaba ser el chico de antes, realmente imponía mucho, tenía una cara realmente seria, daba miedo. Me dí cuenta de que los restos de comida había ido a parar a su camiseta, el parecía realmente enfadado, me gruñó y se dio la vuelta saliendo de la cafetería dando pisadas fuertes, sí que estaba enfadado, cuando miré a Emma estaba boquiabierta. Me había metido en un lio.

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Espero que os guste esta nueva historia algo más realista, si os gusta me alegraria muchisimo que me lo dieseis a saber comentando vuestra opinión y dandole un corazoncito :3

Un secreto que revelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora