Prólogo

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Hoy me desperté más cansada de lo normal, este duro colchón donde duermo, cada día me está quitando más el sueño

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Hoy me desperté más cansada de lo normal, este duro colchón donde duermo, cada día me está quitando más el sueño. Hoy era mi primer día de instituto, llevaba lo que se podría decir mucho tiempo sin socializar con personas que no sea mi familia.

Mi familia es algo peculiar ya que tenemos un gran secreto guardado y resulta que todas las historias que os contaban de pequeños sobre personas que se transformaban en lobo, pues en mi mundo no son historias, sino mi día a día, convivía con mi madre, Jakeline, mi padre, John y mi hermano Rick, después por último me encuentro yo, una chica común llamada Tris, ¿quieres saber porque digo común?, bueno fácil, no pertenezco a esta familia, por lo menos, no por parte de sangre, ellos me acogieron cuando yo nací, ¿y cómo lo sé yo?, bueno, cuando yo tenía 9 años observé con mis propios ojos como mi hermano gritaba del dolor y escuchaba como cada uno de sus huesos se rompían y rasgaban su piel y como le empezaba a salir pelo por todo el cuerpo, después de unos 10 minutos de gritos por parte de mi hermano, vi que ya no era una persona, sino, un lobo, negro con ojos verdes, el cual era precioso, pero eso no quita el hecho de que yo me encontraba en el suelo tirada después de ver a mi hermano en esta faceta, mi voz no lograba salir de mi garganta, yo intentaba gritar pero no lo conseguía, cuando mi hermano, ahora lobo, aulló, me quedé totalmente sorda, era un aullido muy alto y bastante agudo, a los 5 minutos aproximados llegaron mis padres por la puerta, se notaba que habían corrido, se encontraban sudados y con la respiración muy irregular. Mis padres corrieron hacia mí rápidamente, Rick estaba muy asustado hasta yo lo pude notar, temblaba y se encontraba en una esquina del salón donde nos encontrábamos. Mi padre se acercó lentamente hacia mi hermano, este le gruñía por cada paso que avanzaba mi padre. Mi madre seguidamente me sacó del salón hasta su habitación que se encontraba en el final del pasillo del segundo piso. Mi casa no era muy grande contaba con dos plantas, con una pequeña cocina, un salón mediano y tres cuartos, mi casa tenía una fachada de madera, era como eran las típicas cabañas de campo, bueno, tengo que concretar de que yo me encontraba viviendo en la periferia del bosque, algo alejada del pueblo donde vivíamos, mis padres no nos dejaba mi hermano salir al pueblo y tampoco nos dejaba ir a clases, ellos nos daba clase en casa, mi madre era profesora de matemáticas en el instituto del pueblo y mi padre era médico, al principio me acuerdo de que íbamos al colegio y que yo tenía a mi pequeño grupo de amigos, el cual consistía en una chica pelirroja y un chico moreno, yo realmente no me acuerdo de ellos pero sé de ellos porque tengo una foto de nosotros tres guardada en mi armario, pero cuando mi hermano cumplió los 10 años mis padres nos sacaron a ambos del colegio y empezaron las clases en casa, desde entonces no tengo contacto con el mundo exterior o el pueblo en sí. Pero volviendo a cuando descubrí el secreto de mi familia, cuando mi madre me llevó al cuarto me lo empezó a explicar todo desde el principio, desde que me recogieron en la puerta de la cabaña, yo me encontraba dentro de una cesta junto a un par de cartas, en una de ellas era dirigidas para mis padres donde pedían si podían cuidarme ya que mis padres biológicos no tenían suficiente dinero para poder mantenerme y no querían que yo muriese de hambre, Jakeline al ver que no había nadie a los alrededores me llevaron dentro de la casa, donde durante todo este tiempo he crecido, me contó que todas esas historias que me contaba antes de irme a dormir eran historias que mis padres habían experimentado estando ellos dentro de una manda, yo como una niña pequeña de tan solo 10 años pregunté que ocurrió con cuya manada, ella muy triste me contestó que un día después de haber ido a cazar con mi padre cuando volvieron todos habían muerto y que ellos fueron los únicos supervivientes, para ese entonces mi madre estaba embarazada de mi hermano. Yo desde pequeña tuve una gran fascinación por los lobos, sobre las historias que mi madre me contaba, sobre este gran misterio. Me acuerdo de que unos días después de la transformación de mi hermano mientras cenábamos pregunte de repente a mis padres si yo también sería como ellos, ellos claramente me dijeron que no podía ser ya que eso era solo por sangre, me sentí tan triste que me fui corriendo a mi cuarto a llorar, y tras ocurrido unos meses no empecé animarme.

Un secreto que revelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora