Lo dijo con tanta seguridad que Polette quiso gritar de frustración al escucharla pero no estaba dispuesta a demostrar debilidad y menos ante alguien que no importaba nada.

   Hurs se mantenía en su habitación pensando en si decir la verdad o no.

   Tenía la cabeza escondida bajo la almohada mientras sostenía su billetera y su celular.

   Estaba tratando de recomponerse antes de salir. Pensó que él debía al menos pagar para devolverle la vista, quizás no podía cambiar la vida que había llevado los últimos años, quizás no podía unir de nuevo a su familia, tal vez no podía devolverle los años perdidos pero al menos se iba a encargar de darle de nuevo aquello que perdió por su estupidez. Se iba a encargar de que ella fuera feliz y esperaría listo la fecha en que ella le mirara con odio.

   Escuchó voces en la entrada y se espabiló para ver con quién hablaba.

   Se lavó la cara y la secó antes de abandonar la habitación.

  Salió y se detuvo en seco al ver a Polette parada frente a Scarlett que decía algo. «Te guste o no soy y seguiré siendo la mujer que le interesa a Hurs.Si es todo lo que tienes creo que te puedo declarar perdedora.» escuchó que dijo y no supo si sentir miedo de que Polette hubiera abierto la boca o saltar sobre Scarlett y darle un beso por ponerla en su lugar.

—Creo que sueñas demasiado, niña…

—Creo que la que sueña demasiado eres tú —dijo él interrumpiendo lo siguiente que iba a decir—. No sé qué te hace pensar que puedes venir a mi casa cuando te dé la gana.

—No olvides que tenemos un hijo —dijo y Hurs cerró los ojos sabiendo que estaba en problemas.

—No olvides que es mi sobrino —dijo acercándose hacia ellas—. No voy a permitir que vengas aquí a decir mentiras y a intentar embaucarme. ¡Estoy cansado de soportar tus delirios! Te vas a largar ahora mismo de aquí.  

—¡No digo mentiras y lo sabes! —dijo esta vez completamente furiosa—. No voy a permitir que niegues un hijo conmigo y que t deslindes de nosotros así como si nada.

—Es que no lo niego yo —dijo ofendido—. Lo niega la ciencia. El ADN no miente y si ya tiraste todo tu veneno te puedes largar ya.

   La tomó del brazo ejerciendo más fuerza de la que le hubiera gustado pero no pudo contenerse cuando el coraje empezaba a rebasarlo.

   La echó de su departamento a pesar de los gritos de Polette y de los golpes a la puerta que daba desde afuera.

   Tomó su teléfono y avisó a la recepción para que la sacaran del edificio y nunca más la dejaran pasar.

   Scarlett escuchó los gritos de la mujer una y otra vez y después lo escuchó furioso hablar por teléfono.

  Colgó y escuchó su respiración acelerada tras el esfuerzo y en el que ella no sabía que Hurs trataba de controlarse para no estallar y comenzar una muestra de su desbordada personalidad.

   Apretaba los puños con tanta fuerza que temía que en cualquier momento perdiera el control de sus emociones.

   Se giró para ver a Scarlett en el mismo lugar con los ojos puestos al frente.

—Puedo explicártelo —dijo temeroso y ella extendió la mano para que la guiará.

   La tomó y llevó al sofá.

—Estoy segura de que puedes —dijo ella en un tono neutral que lo hizo respirar tranquilo.

   Pensó que al menos no estaba enojada con él y eso lo hacía sentir peor cuando cada vez sentía que se hundía más y más.

DOMAR A LA BESTIA (EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora