Mireya había ganado un total de ciento ochenta millones de créditos, en cuatro rondas, a costo de tres Imperfectos que habían logrado sobrevivir.

—Esa sí que es una buena racha —dijo madre.

—Lo sé —respondió sonrojada—. Solo tienes que saber escogerlos. Pero tu, Marron. Dime cuantos llevas.

—Algunos, recuerda que tu siempre te llevas a los mejores —era obvio que Marron intentaba fingir estar entusiasmada ya que no había ganado lo suficiente para competir con Mireya.

En el cuarto combate Marron tuvo la mala suerte de tener un solo Imperfecto que no logró esconderse de un Miembro que parecía medir el doble de su tamaño.

Ahhhh Todavía recuerdo el momento que pasó.

El Imperfecto corría por la arena sin saber a donde ir.

Una pobre criatura atrapada en un laberinto con un ligero problema.

Tropezarse.

Una ligera caída que le permitió al otro Imperfecto poder llegar hacía él y clavare su espada sobre la columna vertebral. ¡AHHHHHH! Terminando con un grito que seguía plasmado en mi mente.

No iba a poder dormir esta noche, pero mi madre sí.

Ella se decepcionó al ver que había perdido treinta millones por la vida de ese chico que parecía no tener más de 21 años.

—¡Rayos! —pero sí ganó lo suficiente para superar a Riley —¡No puede ser!.

Era una adicta a las apuestas, como su madre, solo que había una pequeña diferencia entre ambas y era que Riley no sabía como hacerlo bien. En el trascurso de los cuatro combates Riley ganó la módica cantidad de veinticinco millones de créditos a expensas de dos miembros que lograron sobrevivir.

—¡Por qué! —verla así traía a mi memoria los recuerdos de cuando eramos pequeñas y se quejaba con el primer Imperfecto que se topara solo por que su jugo de manzana no se mantuvo frió.

—¡Querida! ¿Qué te he dicho de mantener la compostura?

—Lo siento, madre. Pero es inevitable.

—Debes hacerlo Riley.

—Pero acabo de perder sesenta millones de créditos y a cuatro Imperfectos.

—Si, Riley. Pero todavía te quedan otros cuatro. Tal vez la suerte te vaya a cambiar.

—No lo creo. Los dos que parecían ser salvajes murieron en el primer encuentro. Y ni me digas de ese que tenía 28 años; lo mataron como a una rata en cuanto lo vieron.

—Pero todavía queda uno de 23. Esos se pueden esconder muy bien.

—Lo sé, madre.

—Además ve el lado positivo, no te ha ido como a Shane.

En eso tenía razón.

Solo uno de mis Imperfectos había logrado sobrevivir.

—¿Cuánto dinero llevas acumulado? —mi madre fue quien tuvo más curiosidad en ver mis números— ¡Oh no puede ser! —los cuales no fueron de su agrado— Shane yo creo que debiste apostar por otros miembros.

—Eran los que quedaban. Mireya se llevo a los que parecían ser fuertes.

—Debiste ser cuidadosa con los que quedaban y darle importancia a esto Shane. Recuerda que el Torneo de la vida se celebra en memoria de los Miembros Perfectos que lograron tomar su lugar en el mundo que fue destruido por los Imperfectos.

EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, DOMINADOS, Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora