Capítulo 65

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"hay quienes imaginan el olvido
como un depósito desierto/ una
cosecha de la nada y sin embargo
el olvido está lleno de memoria."

El corazón se me enternecía con cada verso de ese libro, cada vez me sentía mas identificada y en cierto modo me dolía porque había estado disfrazando el amor que aun siento por Robert, forzándolo en ser olvido.
Olvido.
Es una palabra demasiado fuerte para las olas de sensaciones que todavía causaba en mi, porque aún después de estos meses de distanciamiento todo volvía a mi como en la primera vez, capaz de hacerme cuestionar si realmente vibro cuando puedo visualizarlo, cuando logro tenerlo cerca como siempre quise que pasara.
Y vuelvo a caer en la cuenta de que nunca deje de quererlo, de sentirlo, de pensarlo.
Todos los recuerdos me seguían atacando y cuando hoy le tuve cerca, no pude seguir obligándome a decir que no a todo lo que siento, a decirle que no a él.

A medida que seguía leyendo, comprendía lo que Robert trataba de decir con que era un libro demasiado apropiado para el momento.
Era como si me estuviera diciendo de forma indirecta que no podría olvidarlo, o que si lo hiciera, me costaría mucho.
Y ciertamente, tenía razón.

Di una pausa a la larga lectura que había tenido la mayor parte de la tarde  y decidí que sería buena idea tomar un ducha mientras escuchaba un poco de música.

Al salir vi que eran las 5:35 pm aproximadamente, todavía falta bastante para las ocho de la noche, fue cuando escuché que llegaron mis padres con Dylan.

Últimamente no pasaba conmigo porque mamá lo iba a recoger por la tarde y ya se quedaba con ella, hasta que volvían.

–Hola gatita. –Gritó mamá desde abajo.

–Voy. –Respondí.

Terminé de vestirme con ropa de andar en casa y bajé enseguida para ver con qué lograban impresionarme.
Entonces vi a Dylan corriendo, apenas me aparecí por las escaleras.

–¿Y qué tienes ahí pequeño travieso? –Refiriéndome al regalo que traía consigo.

–Lo he escogido por ti, ábrelo.

Por lo general, estas cosas no pasaban. Pensé que sería alguna broma de mi lindo hermano menor, pero me sorprendí cuando abrí el regalo.

Era de un tamaño más o menos grande pero no se me venía a la mente qué podría ser.

–Wao, nunca pensé que me iban a dar algo así por mis dieciocho.

–Bueno, lo pediste para tu anterior cumpleaños y no te lo dimos. –Dijo mi madre depositando un beso en mi mejilla.

–No me digas que es lo que creo que es.

Abrí la caja y vi que era un MacBook Pro de color rosa. 

–Me encanta, me encanta, gracias. –Dije abrazándola fuerte.

–Agradécele a tu padre que consideró dártelo, cree que es una buena herramienta para la universidad.

–Oh, sí. Claro que lo haré.

Corrí a mi habitación y lleve conmigo la laptop para empezar a configurarla con mis datos personales.
Después bajé nuevamente a sacar el permiso para esta noche, y como se supone que es mi día, no creo que me lo nieguen.

–¿Cómo te fue hoy? –Preguntó mi madre cuando vio que me acerqué hasta la cocina donde se encontraba ella haciendo la cena.

–Bastante bien, recibí algunas sorpresas.

–Mmmm, interesante. ¿Y los regalos qué tal?

–Muy buenos la verdad, todos me encantaron.

No temas a las Leyes de la Atracción.Where stories live. Discover now