-No lo sé. No pone remitente.

Se puso la capa sobre los hombros y contempló los rostros sorprendidos de Denki y Sero al mirarlo, como si tuviesen delante algo asombroso. Se miró para ver qué era lo que los sorprendía tanto, encontrándose con nada. Literalmente, su cuerpo había desaparecido bajo la capa.

-¡Es una capa de invisibilidad! Son muy raras.-Exclamó Denki.

-Qué raro, no dice quién la envía pero sí que dice "úsala bien", ¿qué quiere decir con eso?

Se quedaron pensando un rato, pero no se les ocurrió nada. Fueron al Gran Comedor a desayunar y después al patio a jugar con la nieve. Se rieron mucho cuando Denki se cayó y toda la nieve se quedó en su cara. Se divirtieron mucho todo el día haciendo formas y muñecos de nieve. Sin duda fue la mejor Navidad que Eijirou había tenido en toda su vida.

A la hora de cenar, se quedó mudo por lo que vio. Había manjares que nunca había visto. Un gran pavo con patatas y mucha guarnición con muchas otras cosas los esperaban. Comieron como nunca, y cuando acababan el pudin navideño, Sero se dio cuenta.

-¡Claro! David Shield, ¿os acordáis? Katsuki dijo que mirásemos la sección prohibida de la biblioteca. Podemos usarla para que no nos pillen.

-Cierto, podemos ir esta misma noche.

-Id vosotros, yo prefiero dormir.- Denki no tenía ganas de salir de noche. Siempre le había dado pavor.

Una vez pensaron que no había moros en la costa, Sero y Eijirou se ocultaron bajo la capa y atravesaron el colegio hasta llegar a la biblioteca con la ayuda de una lámpara de aceite que encontraron en la sala común.

Abrieron el cerrojo y aparecieron.

-Tú busca por la derecha, yo lo haré por la izquierda. Si alguno encuentra algo busca al otro.-Dijo Eijirou.

-Bien.

Dejaron la lámpara y la capa en una mesa y comenzaron el trabajo. Eijirou miró en una estantería y le llamó la atención un libro grande con detalles dorados. Lo sacó con dificultad y lo abrió.

De las páginas surgió un rostro que comenzó a gritar desesperadamente, como si mil agujas se clavasen en su piel. Cerró el libro asustado y nervioso.

-¡¿Quién anda ahí?!

Alguien gritó y se dio cuenta de que los habían pillado. Corrió en busca de Sero y regresaron a por la capa y a por la lámpara, pero al coger la primera la lámpara se cayó provocando un terrible ruido y rompiéndose en pedazos.

Rápidamente se ocultaron bajo la capa al mismo tiempo que Sekijiro aparecía con la señora Norris. Pasaron a su lado sin que los advirtiera y una vez estuvieron fuera de la biblioteca salieron de debajo de la capa echando a correr. Se metieron en una sala para ocultarse.

Eijirou se giró y vio que lo único que allí había era un precioso espejo con decoraciones de oro. Se acercó a él sin escuchar lo que su amigo le decía y cuando estuvo lo suficientemente cerca los vio. Dos figuras adultas estaban a cada lado suya, una mujer y un hombre. La mujer tenía el pelo de un hermoso verde menta y los ojos tan rojos como los suyos (no se si los tiene rojos o no, ahora no caigo, pero aquí los va a tener rojos :v) y a un hombre de cabello rojo que tenía un cierto parecido a él.

La pareja le sonrió mientras que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. No necesitaba que se lo dijesen, porque para él era algo obvio.

-Mamá... Papá

Ellos asintieron, y cada uno puso una mano en los hombros del reflejo su hijo. Él miro los suyos, pero no había nada allí.

Sintió que era devuelto a la realidad. Sero le sacudía nervioso y con una mirada de preocupación.

-Hey, ¿qué te pasa?

-He visto a mis padres, estaban en el espejo mira.

Lo puso en su lugar, pero a los segundos se puso totalmente rojo y se apartó apresuradamente del espejo.

-Yo... No veo a tus padres.

-¿Y qué has visto entonces?

Eso hizo que se pusiese aún más rojo y evitó la pregunta.

-Vamos a por Denki para enseñárselo.

De vuelta en su habitación sacaron (más bien Eijirou sacó/tiró) a Denki de su cama, que se quejó durante todo el camino hasta que lo pararon delante del espejo.

-He visto a mis padres, y Sero algo que no quiere decir, ¿qué ves tú?

El chico tardó un poco en responder.

-¡Increíble!

-¿Qué es increíble?-Le preguntó Eijirou.

-Estoy junto a todos de adultos jajaja, tenéis una pinta diferente. Llevamos los uniformes del colegio y los diplomas de graduación.

-Eso es muy bonito.

-Gracias Sero.

Se dieron la vuelta para regresar a la sala común de Gryffindor, pero Eijirou no los seguía.

-Eiji, ¿vienes?

-Iré luego Denki, voy a quedarme aquí un rato.

Los dos chicos se fueron dejando a su amigo sentado frente al espejo mientras seguía viendo a sus padres que le sonreían.

-Una maravilla, ¿verdad?

Esa voz le sorprendió. En la puerta se encontraba el director Toshinori.

-Como muchos antes, has encontrado el espejo de Oesed.

-No sabía que se llamaba así, señor.

-Pero te habrás dado cuenta de lo que hace, ¿no?

-Bueno... me mostró a mi familia pero Sero y Denki no vieron lo mismo que yo.

-¿Entonces qué es lo que nos muestra el espejo de Oesed?

-Nos muestra lo que queremos...

-Sí y no. Nos muestra ni más ni menos que el más profundo y desesperado deseo de nuestro corazón. Sin embargo, este espejo no nos dará conocimiento o verdad. Hay hombres que se han consumido ante esto, fascinados por lo que han visto. El espejo será llevado a una nueva casa mañana, y debo pedirte que no lo busques.

Eijirou se puso de pie y cogió su capa para irse por donde habían salido sus amigos.

-Profesor Toshinori... ¿Qué es lo que ve, cuando se mira en el espejo?

Él pareció pensarlo un momento.

-Me veo sosteniendo un par de calcetines de lana.

Regresó a su habitación mientras pensaba que a lo mejor había sido algo personal. En las palabras del director había un tono de tristeza y nostalgia.

Eijirou Kirishima y la Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now