Lección 15 San Valentín

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Durante la tarde del 14 de febrero el doble negro se encontraba degustando el chocolate que había hecho el pelirrojo mientras miraban una comedia romántica por televisión, Copito yacía sobre las piernas de Chuuya descansado tranquilo mientras que el pelirrojo apoyaba su cabeza en el pecho del detective que le abrazaba.

-¿Estas seguro de que a ese borrego no le afectará el chocolate?- preguntó Dazai preocupado sobre el que tan bueno era darle chocolate a un borrego de seis meses, Chuuya arrugo el ceño.
-Mi Copito no es de estomago débil- dijo orgulloso mientras se llevaba un trocito de chocolate a la boca. Dazai suspiro rendido y simplemente beso la cabeza de su pareja, era una tarde increíblemente tranquila, no habían planeando algo  muy ostentoso para San Valentin, a pesar de los gustos lujosos de Chuuya este a veces simplemente prefería quedarse en casa y descansar debido a las largas jornadas de trabajo que tenia. Por su parte Dazai era el tipo de persona que le gustaba estar en casa.
-Hey Chuuya ¿y mi regalo?- cuestionó el castaño

Chuuya rechino los dientes molesto.

-Un día tranquilo es tu regalo cabron-

-Pero yo quiero un regalo mas grande- se quejo mientras sus largas manos  se escabullían a acariciar la pierna del mas bajo, Chuuya emitió algo parecido a un gruñido y alejo la mano de Dazai.

-No tengo ganas Dazai-

-Ah, pero yo puedo hacer que las tengas- debatió con voz cantarina tomando fácilmente al menor para apegarlo a su cuerpo, cabe decir que Copito salio huyendo cuando lo interrumpieron de su cómoda posición.
Chuuya chillo al sentir algo duro rozar su trasero y se sonrojo furiosamente.

-D-Dazai maldito…¡¿solo por cosas así ya estas duro?! ¡eres un precoz!-
El castaño solo atino a reírse y tomar en brazos al pelirrojo para llevarle a la habitación, sin embargo cuando Chuuya fue dejado en la cama la situación dio un giro, pues el mafioso empujo a Dazai con él y se puso rápidamente sobre este ejerciendo el control.
Dazai le miro entre divertido y confundido.

-Chibi, se supone que yo voy arriba- aclaro riéndose, Chuuya por su parte se quitó la camisa que llevaba puesta atrayendo de inmediato la atención de Dazai hacia su cuerpo.

-Si vamos a hacerlo, quiero ir arriba yo- demando sonriendo de lado imitando las sonrisitas de su pareja y se acerco a él a atacar sus labios. Los labios de ambos sabían sincronizarse a la perfección después de tantos besos compartidos, pero esta vez la situación era distinta pues era Chuuya quien controlaba el momento y lo demostraba succionando y mordiendo los labios de Dazai causando los suspiros y una que otra risilla del mas alto.

  Lentamente los besos comenzaron a dejar de ser suficientes y sus cuerpos comenzaban a pedir mas, Chuuya bajo sus labios al cuello vendado de Dazai y chasqueo la lengua molesto.
-Se que eres una momia, pero tus vendas me estorban-
      
Dazai negó lentamente.
-No, no me las voy a quitar -

-Si te las dejas te saldrá salpullido por el sudor- explico el menor pero Dazai hizo un mohín.

Chuuya no espero mas y solo le abrió la camisa a rayas que usaba para trabajar y comenzó a romper y retirar las vendas que cubrían el cuerpo de su novio.
Dazai solo le miraba atento sin perder detalle, quería evitar mirar su piel o provocaría que se levantar y se fuera olvidando su propia excitación.

Chuuya por el contrario abría las vendas del castaño exponiendo su lastimada piel. Cuando tuvo el pecho y brazos de Dazai libres se inclino a besar y lamer sus cicatrices, Dazai tuvo que morderse el labio para no suspirar, se debatía entre hacer suyo a Chuuya o abrazarlo por la ternura de sus gestos.

El pelirrojo se quito su propia camisa mirando como la mirada de Dazai viajaba directamente a sus pectorales, Chuuya soltó una risita.

-Anda, toca- le dijo riendo y rápidamente las manos del mas alto fueron a su pecho donde Dazai remarcaba sus marcados músculos con el dedo, Chuuya soltaba pequeños suspiros y se acerco nuevamente al castaño a besarlo mientras este tan solo seguía lo suyo.
De pronto los labios de Dazai se posaron sobre sus pezones y los lamió con suavidad, Chuuya se estremecía ante la lengua del castaño y sintió como las manos de este viajaban a su pantalón de pijama, Chuuya negó con la cabeza y alejo las manos del castaño.

Esponjoso problema (Re Subido)Where stories live. Discover now