Estupida maldicion

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Ah, De mi maldición, De mi ansia, De mi sed de sangre, De dolor, De placer, De hacerte sufrir y sangrar para mi, De ver como suplicas y gritas mi nombre, de saber que cualquier Angel caerá frente a mi presencia, imbatible demonio.

Mas, Demonio encadenado soy, por mi amor, por que nunca es escribir de izquierda a derecha se hizo tan complejo ni odiado a la vez, por que jamas quise ni querré encadenarme, mas atado estoy, por mi sombra, por rabia y dolor, por mi furia y anticipación, por un corazón que late con cada segundo, por tu mirada. Ojos pardos ocultan mi perdición, el oro y la sangre que la cubren, demuestran mi locura, pero nadie sabra jamas que bajo esta mascara del mas fuerte demonio se esconde el angel mas débil. Quizás sea al revés, pues me consideran un santo algunos, pero no es tal cosa cierta. O si.

No se que pensar y por eso escribo estos textos sin corregir nada que no sea una falta ortográfica, pues me molesta verlas. Desvarío y avanzo de ida y vuelta. Me molesta. La luz blanca. Las paredes blancas. Los muebles blancos y algunos de madera. No soy yo. Nunca fui yo. Estoy harto. Solo mi devoción me hace avanzar.

Devoción, si.

¿Hacia que?

¿La verdad?

Ni puta idea

La tinta de los poetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora