-Sabes que sí- responde él colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja, ella respinga y yo con algo de dificultad me pongo de pie.

-Suficiente, me queda claro que aún no se han besado, se gustan, besense, no aquí por Dios y....porque no se han besado?-

Carcajadas de los tres resuenan en las paredes, con Neal y Anthony, mis vecinos, fuera de circulación, los ruidos suenan aún más intensamente en las paredes. Elisa y Albert se preparan para salir.

-No te importa, cuídate Romeo y espera noticias- Entre risas cómplices salen de mi habitación, son las 9:00 de la noche y muero de sueño, son los medicamentos, envío un whatsapp a Candy para desearle buenas noches, no responde, seguro está practicando aún, es lo único que se le permite hacer fuera de su cuarto.

Dependiendo como salga la audición, le he preparado una sorpresa, tendremos un par de semanas libres en primavera y quiero llevarla a Escocia, desearía con todas mis fuerzas que fuéramos ella y yo solos, si tan solo fuera mayor, cada vez son mayores mis deseos de estar con ella. Si fuésemos únicamente ella y yo contra el mundo todo sería mucho más sencillo...mucho más sin tener que pedir permiso, sin dar explicaciones a nadie. Hablé del tema con Stear y Archie, sucede que tienen casa en Edimburgo, la nuestra se encuentra en las afueras, es un sitio donde verdaderamente me siento libre y sé que a ella le va a fascinar.  Soñando con ella me duermo.

Al despertar tomo mi teléfono y al revisar mis mensajes noto que tengo mensajes de Candy, no los he leído pero sonrío , saber que está pendiente de mí es suficiente. Solo nos comunicamos por ésta vía, hablarnos por teléfono nos daría problemas si alguien escucha, así como tenemos aliados y amistades, también nos rodea el lado negro de la moneda, los enemigos y las envidias. Me pide que me tranquilice, que ha ensayado su papel con todo el corazón, pensando en mí...y sea cual sea el resultado, me lo dedica a mí. Su primer proyecto, su primer acto heróico haciendo lo que ama hacer, dedicados a mí. 

Cuando salgo del baño sintiendome ligero y felíz, sin más nervios, alguien llama a mi puerta, seguro es el desayuno, lo gracioso es que no es la comida de la cafetería y viene empacada para llevar y no es la hermana Clyde, si no la hermana Margaret quien llega con una brillante y gran sonrisa. Puedo adivinar lo que se trae entre manos.

-Estás listo para sorprenderte Terry?-

Le regalo la mejor de mis sonrisas a ésta Novicia Rebelde que tanto bien nos ha hecho a los dos.

-Porque lo hace hermana?- Pregunto verdaderamente curioso.

-Lo hago en nombre del amor, si alguien me hubiera apoyado a mí, seguro estaría en otro lugar, aunque....disfruto las oportunidades que me da la vida de vivir y emocionarme por medio de ustedes, no dejan de ser regalos de amor, andando.-

Me empuja levemente no traigo puesto el uniforme, aún estoy castigado, me pongo lentes de sol, enormes, no puedo evitar ser algo vanidoso.

-Cuénteme hermana-

-Amé profundamente a un joven Escocés, justo cuando tenía la edad de Candy y.... durante un verano, justo allá en Escocia, mis padres nos sorprendieron y.....-

-Un momento hermana Margaret, usted nunca quiso ser monja?-

Exclamé totalmente sorprendido, será que la obligaron? será que no pudo defender su relación? 

-No tuve opción, sabía que no podría amar a nadie así, nunca más-

-Pero que le pasó a .... a él?- insistí mientras caminábamos por los pasillos vacíos del área varonil del internado.

-Gaston...así se llamaba...Gaston. Bien...el era huérfano y pobre...mis padres nos separaron, amenazaron a los suyos  y se fueron lejos de Escocia, al menos eso fué lo que me dijeron cuando me levantaron el castigo. Nunca más volví a verlo, ni siquiera tuve oportunidad ni derecho de luchar por mi felicidad, por eso, en cuanto terminé la preparatoria, decidí tomar los hábitos y convertirme en religiosa, un amor como...como el nuestro, no podría haberlo sustituído con otro y.....-

Sólo ContigoWhere stories live. Discover now