Capítulo 36: Olas de fuego y engaño.

En başından başla
                                    

- Tú mandarás el agua por detrás, intenta no ser visto. Transporta solo una pequeña cantidad y luego la dejas crecer detrás de ellos. – me costaba entenderla de lo rápido que hablaba, pero podía ver el plan en mi cabeza, era realmente buena. – Yo abriré la fortaleza creando un pasillo con dos paredes de fuego a cada lado. Tú tienes que obligarles a entrar y cuando estén dentro, dejaré caer el fuego en sus cabezas.

Me la quedé mirando con la boca abierta, ahora sí que su personalidad me dejaba alumbrado, podría ser una gran líder si el resto quisiéramos y yo, por supuesto, votaría por ella sin dudarlo.

Adalia miraba hacia sus compañeros, parecía estar ideando otro plan para ellos y yo aun no había conseguido cerrar la boca de mi asombro y tras sus siguientes palabras, mucho menos.

- Derek, colócate a nuestra derecha. Matt a nuestra izquierda. – mientras daba la orden, los miraba fijamente, por eso pude saber que Matt era el novio y Derek era el otro. – Vuestra misión es evitar que ningún proyectil venga hacia nosotros.

- ¿Cómo proteger a algo que no vemos? – dijo el tal Derek sin ni siquiera mirarla, no podía dejar de mirar a los sombras y de enviarles proyectiles.

- Él está a mi derecha y no se moverá de mi lado. Imagínenselo.

Ambos aceptaron con la cabeza y yo procuré quedarme claramente en su derecha, no me movería de aquí por nada del mundo. Entonces ella me miró y en sus ojos pude ver algo que hasta ahora no había visto, pánico.

- ¿Listo? – la voz le falló confirmando el estado de su mirada.

- Lo haremos genial, fuimos creados para esto. – dije para intentar darla toda la fuerza que de repente había crecido en mí.

Tenía ganas de probarme, de hacer trabajar esa pequeña gota de agua que Adalia había activado en mi interior.

No lo demoré más, cogí una pequeña bola de agua del charco que habíamos creado y la lancé al cielo tan rápido que apenas yo la vi y mucho menos los sombras. La hice volar hasta la espalda de estos, ahora no podía verla ya que quedaba oculta entre el grupo de doce sombras, pero si sabía perfectamente donde estaba.

Oí como Adalia respiraba un par de veces a mi lado, pero no me atreví a mirarla para no perder la concentración, estaba claro que esta chica hacía que mi mente dejara de ser responsable y se convirtiera en un torbellino de ideas y comentarios maliciosos.

- Allá vamos. – dijo al final sin ningún ápice de pánico.

Y entonces entendí a que se refería con la biblia y Moisés, acababa de abrir la fortaleza de fuego como Moisés abrió las aguas. El fuego se levantó unos tres metros de altura, formando unas peligrosas paredes imposibles de traspasar.

Los sombras, tras mirarse con series dudas por nuestro movimiento, empezaron a lanzarnos toda clase de magia, bolas de fuego, piedras voladoras e incluso viento. Pero ahí estaban nuestros protectores para protegernos de todo eso.

- Kai, ahora.

Y tras oír eso, supe que estaba más que listo. La pequeña bola que había a las espaldas de los sombras, empezó a coger una altura de unos cuatro metros de alto. Y cuando lo conseguí, la ensanché otros cuatro metros, haciendo un cuadrado perfecto de agua. La sensación era como si estirase parte de mí, como si fuese un chicle (caramelo masticable) que se puede estirar y estirar. Me sentía parte de esa agua y cuanto más crecía, mas crecía yo también.

Vi que podían escaparse por los laterales, por lo cual puse unas paredes hasta las olas de fuego de Adalia. El vapor que empezó a salir fue inmediato y mi cuerpo notaba ese calor a pesar de estar a varios metros de distancia.

Saga Elementos III: AguaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin