𝘙𝘦𝘯𝘵𝘦𝘥 >> 𝐬𝐭𝐨𝐧𝐲

No te recordaba así

Eran las ocho de la mañana cuando su celular comenzó a sonar por toda la habitación; y en ese momento se arrepintió de haber puesto una de sus canciones favoritas como alarma porque ahora definitivamente la odiaba. Estiró su mano fuera de las sabanas para poder tomar el aparato que se encontraba en el suelo, seguramente se había caído de la cama a mitad de la noche pero su pantalla ya tenia varias rajaduras anteriores, qué era una raya mas al tigre.

Cuando logró que el sonido exasperante cesara se volvió a arropar pensando en que ojala pudiera volverse a dormir y pasar todo el día en su cama. Su garganta le dolia y apenas podía respirar adecuadamente debido a la congestión, el simple estornudo desencadenó en un resfriado al que ya estaba acostumbrado que ocurriera cuando entraban en temporada de invierno. Estar enfermo le dio mas ganas de querer quedarse entre las sabanas tan cálidas pero sabia que era imposible, el día había llegado y hoy debía viajar a la casa de sus padres porque mañana era el cumpleaños de su mamá.

Estaba a punto de hacer un berrinche cuando su celular sonó nuevamente solo que esta vez era una llamada proveniente de Natasha. Recordó que antes de partir la noche de ayer su amiga le dijo que probablemente él ya conocería al muchacho que se haría pasar por su "novio", que era buen tipo y que lo tratara bien porque al parecer era su amigo, Tony solo asintió sin darle mucha importancia aunque la curiosidad lo estaba matando. La verdad esperaba que no sea alguno de los hombres con los que durmió alguna vez porque eso seria incomodo, la cuestión era que no había conocido a chicos muy atractivos fuera de esos con los que tuvo sexo y en realidad esperaba que su amiga tuviera en cuenta sus gustos al menos. Si, solo eran un par de días pero era un hombre exigente.

-Hola Nat- dijo desganado, su voz había salido ronca debido a la congestión que tenia.

-Levanta tu trasero de la cama, él ya esta en la puerta.

-¿De que hablas? Nadie llamó.

-Solo ve y abre.

-Bien, adiós a ti también mandona- habló solo cuando se dio cuanta de que su amiga ya había cortado.

Se levantó de la cama con pereza, encogiéndose por el frío. Se colocó una campera de corderito sobre su pijama y sus pantuflas de algodón. Con el pelo revuelto y restos de saliva al costado de su boca fue como recibió al rubio que estaba del otro lado de la puerta mirándolo algo nervioso.

Tony lo recorrió con la mirada de arriba abajo. Debía haber algún error, él había pedido un novio falso no un dios griego. De inmediato se lamentó por el hecho haber recibido a tal espécimen con esas fachas, el hombre era rubio y mas alto que Tony, llevaba una campera que hacía que sus hombros lucieran aun más grandes de lo que ya eran y Tony se pudo imaginar los músculos duros que debía tener bajo toda esa ropa abrigada.

Cuando se dio cuenta de que estuvo mirando al hombre que tenia enfrente como un idiota por varios minutos, fue que decidió hablar.

-¿Te equivocaste de departamento?- ¡Demonios! Mi voz suena horrible, maldito resfriado.

-¿Tu eres Anthony Stark?

En cambio su voz era tan aterciopelada, no podía ser de otra manera. Sorbió por la nariz antes de responder.

-Tony para ti.

-Ahm, mucho gusto soy Steve Rogers, Natasha Romanoff me envió.

Una lamparita se encendió dentro del cerebro de Tony. Claro que él recordaba a Steve Rogers de la secundaria pero este no podía ser la misma persona. El Steve que conoció hace tiempo era un delgado muchacho que se la pasaba en la enfermería debido a las variadas dolencias que sufría, recuerda verlo caminar por los pasillos con un inhalador en su mano porque tenía asma. Nunca habían hablado mucho, quizás una o dos oraciones en lo que fueron compañeros de escuela pero este hombre que estaba parado delante de él no podía ser el mismo. Natasha dijo que ya lo conocía pero si era así ¿Qué le habían dado de comer a este hombre durante todos estos años?