¿Confías en mí?

917 11 4
                                    

Empieza a caer la tarde mientras comparto una lectura con Bianca en el estudio de mi padre que durante las últimas semanas se ha convertido en el espacio más feliz de la casa; nuestro refugio. Cualquier detalle es un motivo de felicidad y me siento más que agradecida de cada beso, caricia y sonrisa que recibo de ella. Cuando estoy a su lado es como si el tiempo se paralizara y solo nuestras almas ocuparan el universo. Nunca antes sentí tanta dicha.

–Nuestra conexión es increíble –me dice tras un largo suspiro y tocando su pie contra mi muslo–. Siento una felicidad tan grande que me da miedo.


–No entiendo lo que dices.


–No lo sé Jess, para mí esto que tenemos es tan bueno que parece irreal. Es perfecto y me asusta pensar que pueda acabar. "Nada dura para siempre". Es lo que dice la mayoría de la gente.


–¿Somos nosotras de esa mayoría? –le pregunto sin atreverme a reconocer que, al igual que ella, yo también a veces pienso que estoy soñando.


–No, claro que no.


–Bianca eres innegablemente bella, pero comprende que, más allá de tu belleza, para mí eres única; extraordinaria –le digo sujetando su mano–. Haz lo que yo: ignora esa vocecita molesta que te dice que no tienes derecho a la felicidad –continuo, depositando luego un beso sobre frente.

–Tú eres una persona valiente. Yo en cambio tengo miedo de perder este sueño... a ti –me dice con una sonrisa triste.


–Aunque no lo parezca, yo también siento miedo de perder lo que tenemos. Simplemente no me enfoco en eso.

–¿Te gustan los tríos? –pregunta repentinamente, sospecho que para disipar su preocupación.


–¡Wow! Esa sí que no me la esperaba.


–Si tenemos la intención de estar juntas, tenemos que conocer nuestros gustos –responde mirándome fijamente.

–Hubieras comenzado por un tema más clásico, mi comida favorita, por ejemplo. Es lo que suele preguntar la mayoría cuando de gustos se trata.


–Quedamos en que no pertenecemos a esa mayoría. ¿Me dirás o no lo que te pregunté?


–Si me gustan. ¿Y a ti?

–Sí, pero soy muy selectiva al respecto. No cualquiera domina la dinámica de un trío.

–Vaya, al parecer tienes bastante experiencia.


–Algo –responde sonriente.

–A ver, muéstrame.


–¿Qué cosa?


–Lo que haces en los tríos –le respondo mientras mordisqueo suavemente su labio inferior–. ¿Me vas a mostrar o no?


–Si es un trío, nos está haciendo falta alguien más.


–¿Chico o chica?


La serenidad en su rostro cambia en un segundo a una expresión extraña. Ahora se le nota rígida y molesta. Coloca su mano en mi cabeza y tira con violencia de mi pelo.

–¿¡Chica!?, ¿acaso no te basta conmigo? –pregunta con evidente enojo.

–No te molestes. Tenemos que conocer nuestros gustos ¿recuerdas?
Debes de verte hermosa comiéndote una –digo en tono entre jocoso y conciliador.


–¡Vaya!, pero si ya hasta lo estás considerando.


–Me lo imagino así: ella recostada boca arriba y tu encima lamiendo sus pechos y bajando a su pelvis. Solo pensarlo me enciende.

Dos Locas Enamoradas Vol. I JessWhere stories live. Discover now