Contra todo el desencanto que pudiera haber

Capítulo 2

Cuando Emily despertó lo primero que sintió fue el frío del amanecer rozándole la espalda. Abrió los ojos lentamente y miró alrededor, estaba en su habitación, desnuda, y no sabía si era por la luz o por estar aún medio dormida, pero todo le parecía tremendamente irreal. Buscó la sábana tanteando el colchón y se cubrió con ella, cerrando los ojos nuevamente y enterrando el rostro en la almohada. Inspiró hondo. Olía su champú, un aroma fresco y limpio acompañado de ese toque de cloro que nunca la abandonaba y… también podía apreciar una fragancia dulce, quizás vainilla… y un acondicionador de pelo que podría reconocer en cualquier lugar. Alison... De repente, el recuerdo de la noche anterior explotó en su mente y se expandió neurona a neurona. Había pasado, realmente había ocurrido, Alison y ella… sacudió la cabeza intentando no detenerse en los detalles, sintiendo como se le enrojecían las mejillas. 

Había esperado años por una noche así, y todo había sido tan intenso… pero no había sido una noche perfecta ni se había parecido a las miles de fantasías que había tenido. Para que la noche hubiese sido perfecta la rubia debería de estar al otro lado de la cama en aquel mismo momento, aun durmiendo junto a ella. 

Alison no estaba en la cama, ni en la habitación, probablemente ni siquiera estuviese en el país y la morena no sentía ni un poco de la felicidad que los acontecimientos de aquella noche prometían, si no que se encontraba completamente sumida en una resaca emocional que amenazaba con darle un monumental dolor de cabeza.

Aun no podía creer lo que había hecho. Le había plantado cara a Alison, la había obligado a afrontar lo que fuera que hubiese entre ambas, y Alison no la había rechazado, ni la había humillado, solo se había dejado llevar por lo que la morena había iniciado. ¿Qué se suponía que significaba aquello? ¿Qué narices había pasado por la mente de la rubia durante aquellos momentos? ¿Había sido una despedida? ¿Una noche de olvido? ¿Un premio de consolación? ¿Diversión?

¿O había sido algo más?

No habían intercambiado ni una palabra desde que Emily había dejado claras sus intenciones, ni siquiera se habían mirado. Y Emily tenía tantas cosas que decirle… La morena esperaba que aquellos roces y aquellos besos que había plasmado en el cuerpo de la rubia fuesen suficientes para hacerle entender todo lo que necesitaba decirle pero para lo que no encontró palabras. “Si lo hubiese entendido aun estaría aquí”, pensó.

Se incorporó en la cama intentando deshacerse de esa sensación de embriaguez que le nublaba los sentidos. No podía seguir pensando en la noche anterior, no podía seguir castigándose por todo lo que debería haber hecho y no hizo, no podía… entonces lo vio. Era demasiado grande como para que no lo hubiese visto antes.

En la mesilla de noche que había a su izquierda, apoyado contra la lámpara había un sobre blanco. Llevaba su nombre escrito con la letra de Alison. Alargó la mano y lo cogió, sintiendo el rugoso y frío tacto del papel. No sabía si quería abrirlo. Dentro seguramente encontraría una nota de despedida, frases y frases rogándole que no intentase contactar con la rubia, que intentase olvidarla cuanto antes, puede que le dijese que la echaría de menos… Dentro estaría la confirmación de que Alison se había ido, para siempre.

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Aviso importante a todos los pasajeros. Por favor, permanezcan atentos a las pantallas de información, los cambios de puerta de embarque no serán anunciados por megafonía. Gracias por su atención.

Alison se levantó del asiento que llevaba ocupando durante más de una hora y se acercó a la pantalla más próxima. Aun le quedaban 20 minutos para coger su vuelo y cada vez se sentía más ansiosa.