Fuego y Ceniza

PROLOGO

Sangre. Gritos. Lágrimas. 

Todo era un caos, una pesadilla, de la que imploraba despertar de una vez. 

Pero no despertaba, todo era real. 

La muerte era real. 

No había nadie para protegerme, solo quedaba dejarme morir, luchar es inútil.

Estaba sola, en un nido de víboras, esperando pacientemente a mi muerte. En una tarima de madera, a los ojos de lo que alguna vez fue mi pueblo, mi gente y mis súbditos.  Todos esperando a que el verdugo acabe con mi vida y que mi cabeza rodara como la de mis parientes consanguíneos. 

La revolución buscaba la justicia para el pueblo y acabar con la familia real que tantos crímenes había cometido, mas, yo solo era una niña ilegitima de nueve años. La hija de una concubina exótica, una niña entre doce hermanos mayores y con el trono muy lejos de su alcance. 

Era inocente, mi único pecado fue tener parte de sangre del emperador.

Y ella lo sabia. 

Me miró con sus tiernos ojos azules, las mejillas ligeramente sonrojadas y una sonrisa infantil; a pesar de todo ese ambiente, me brindó ese dulce gesto y con ello, se dirigió a paso ligero hacía la tarima de madera. 

Ella era ahora una princesa, su familia había derrotado a la mía y ahora estaba ahí, parada a mi lado. 

No le importó que mi cuerpo estuviera sucio y tampoco que mis vestimentas, ahora fueran simples trapos. A ella le daba igual. 

Me tomó de las manos, las llevó a su frente y las besó. Un símbolo de la cultura del norte, cuyo significado era: "Dios perdona tus pecados, ahora eres libre" 

Con ese simple gesto, había dejado claro su cariño y por tanto, me había salvado la vida. 

El rey, con un ligero movimiento de cabeza, ordenó que me soltaran las ataduras que llevaba en los tobillos y tan pronto, fui libre, volví a ser apresada por esa pequeña princesa rubia. 

— Feliciti Von Hander — me llamó con esa voz angelical la niña—, a partir de hoy, eres de mi propiedad. 

Simplemente asentí, ahora mi vida le pertenecía a la esa niña de once años. 

Mi vida era suya, hasta que, alguna de las dos muriera. 

La verdadera lucha por sobrevivir, había comenzado. 

***

Bueno, pues en primer lugar. HOLA. 

Dios, hace tiempo que no escribo nada, literalmente. Años. 

Pero me ha dado por volver, asi que lo voy a intentar y espero que os guste tanto como a mí. 

No olvideis, comentar y votar. 

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