- Creo que tu y yo tenemos una gran diferencia de definición con respecto al significado de la palabra "esposo" - empuje mi bandeja hacia el - Dos martinis secos con hielo, una botella de vino blanco con dos copas y cinco caballos de tequila, por favor - sonreí y el negó con la cabeza burlón.

-¿Por que no simplemente aceptas ser mi esposa y te libras de este lugar de mala muerte? -  dijo sacando una botella de vino debajo de la barra y las dos copas que le pedí poniéndolas sobre mi bandeja.

- Tu definición de "esposa", es mas un contrato de amo y sirvienta, en los ámbitos sexuales, alimenticios y hogareños -  destapó una botella de tequila y lleno los pequeños vasos en fila - Solamente un juguete mas en tu colección de muñecas, para saciar la sed de bestia que te tienes cuando estés aburrido - puse los vasos en mi bandeja - Preferiría morir asfixiada por este corset antes de ser una perra tuya - lo mire.

Lanzo la botella bacía al suelo mientras que brincaba por encima de la barra y me tomaba de la corbata jalandome hacia el, haciendo que mi abdomen casi golpeara con la orilla de la barra si no hubiera puesto mis manos a tiempo, su cara quedaba a, un centímetro de la mía, sus ojos rojos brillaban muy furiosos y su respiración era como la de un toro.

- Si no fuera por mi, te aseguro que estarías muerta o esclavizada en algún lugar peor que este - rugió - No agotes mi paciencia corazón, hay muchas formas para hacer que estés a mi lado sin tener que usar la fuerza - acerco su nariz a mi hombro olfateando mi olor subiendo por mi cuello llegando a mi oído y lamiendo el cartílago de mi oreja - También tu aspecto encantador y tu singular habilidad de entretenimiento para los clientes juegan un rol muy importante en este bar - susurro en mi oído.

Suspire cansada, pelear con el es muy aburrido, no es muy divertido pelear con alguien que se lleva y no se aguanta, por lo menos hacerlo creer que tiene la razón lo mantiene interesante. Levante mi mano y la acerque a su mejilla acariciándolo con mis uñas y mis yemas de arriba hacia abajo en el mismo lugar.

- Se muy bien el como y el motivo por el cual estoy aquí y no necesitas recordarmelo -  baje mis caricias a su cuello - No te estoy reprochado nada, es solo que estoy de mal humor por el corset, eso es todo - llegue a su hombro y lo empuje suavemente lejos de mi cara - No necesitas enojarte tanto por algo como eso, después de todo no creo tener lo necesario para ser una buena esposa para ti, aquí entre nos sabemos que te mereces lo mejor de lo mejor y yo no lo soy, así que por favor corazón, olvida todo esto, ¿De acuerdo? - saque mi corbata de sus garras y me tomé el tequila de un jalón que desde un principio estaba allí para mi - Saluda a tus esposas de mi parte, ¿Quieres? - sonreí, me puse mi antifaz y tome la bandeja de nuevo entre mis manos, para dar vuelta e irme de ahí.

- Oye Ali - me detuve y mire hacia el - Te vez hermosa con ese traje de conejita - me sonrió y le devolví el gesto.

El saber que ese cumplido provenga de el me provoca repulsión, solo el gerente de este bar, Corpus Emerson puede catalogar como hermoso un corset de encaje negro, el mismo encaje que sale de las orillas del corset crea una pequeña falda que apenas cubre mi trasero, medias negras sostenidas por un tirante, con unas botas negras con tacón, y para decorar un antifaz negro, una corbata negra, orejas de conejita negras y guantes negros que no alcanza a cubrir por completo mis dedos, ciertamente es mi quinto día trabajando como mesera, la falta de empleados muy rara vez ocurre en estos lugares, después de todo la mayoría de ellos son humanos.

- ¡Oye Ali! - gritaron mi apodo no muy lejos de mi.

Al voltear a ver quien era quien me llamaba, no hacía falta decirme lo que venia a continuación. Luke Anders el único y original dueño del bar "Red Lips", uno de los bares mas populares, extravagantes y ricos de toda la ciudad y en cual yo estoy trabajando, estaba llamándome muy impaciente. Con solo verlo a el sabía lo que tenia que hacer.

- Rápido - trono los dedos y yo asentí.

Me adentre entre la gente y llegue a la barra lo mas rápido que podía, para dejar mi bandeja y apresurarme a buscar mi manojo, pero no estaba, así que decidí buscarlo en mi casillero,  corrí lo mas rápido que pude a los vestidores y abrí rápido mi casillero, tome el manojo entre mis manos y volví a salir corriendo a donde estaba Luke, pero un borracho choco conmigo y se me calló mi manojo, maldeci en en silencio, pero no le dije nada, tampoco le puse atención a lo que me dijo ya que mejor le di prioridad a la búsqueda de mi manojo, lo encontré tirado a unos cinco pasos de mi y cuando estaba apunto de ir por ellos me tomaron del brazo,  al voltear a ver quien era no pude evitar hacer un mueca de desagrado.

- ¿Por que tardas tanto?, Luke ya esta muy molesto - dijo enfadada la jefa de meseras vestida de colegiala.

Damas y caballeros les presento a Lucía, la perra mas perra que puedes encontrar en toda la ciudad y claro esta cuando piensas en como es que llego a ser las jefa de meseras en tan solo un mes, las perras trabajan rápido. No le dije nada, solo me limite a mirarla con asco y quitarle mi brazo de su agarre, mire mi manojo y todavía seguía ahí, cuando estaba a punto de recogerlo una mano se me adelanto y lo tomo antes que yo, mi vista fue subiendo por su brazo, después su hombro, su pecho, barbilla, labios, nariz y por último llegue a sus ojos, unos ojos amarillos con contrastes verdes alrededor de la pupila muy hipnotisantes. Me miraba serio, muy serio, nunca en mi vida había visto unos ojos tan claros e intensos como los de el, transmitía un aura tan clara e intensa como sus ojos y sentía como poco a poco me envolvía, como un huracán que arrastraba todo a su paso, como el fuego que se extiende y quema todo lo que tocaba, pero pese a que el es un pura sangre en su aura podía notar algo extraño, algo que no era común y no estaba segura de que era. Le sostuve la mirada mientras le extendía mi mano para pedirle mi manojo, pero en ves de eso sentí un jalón en mi brazo derecho.

- ¿Eres sorda o que? - grito Lucía muy furiosa - Podrás ser la favorita de Corpus pero sigues siendo una perra más en este lugar - enterró sus garras en mi brazo - No olvides tu posición, ¿De acuerdo? - gruño a centímetros de mi cara e iba a contestar pero me interrumpieron.

- Es de mala educación interrumpir conversaciones ajenas - dijo el.

«¿Acaso... Estábamos conversando?»

Pensé. Lucía volteo a verlo con mala cara, pero al darse cuenta a quien era a quien se dirigía, agacho su cabeza completamente ruborizada, mas que por pena era por que le gusto, debo de admitir que el era muy atractivo, pero lo que mas me llamaba la atención eran sus ojos, son muy hermosos, jamas me había topado con alguien como el en mi vida y por alguna extraña razón me sentía un poco emocionada, puede que esto se ponga algo interesante.

- Oye, ¿Que te sucede? - dijo un chico detrás de el.

«Oh baya... Esto es realmente muy inesperado»

Pensé. Un chico de pelo castaño claro, test blanca, nariz respingada, con facciones algo marcadas, camisa blanca desabrochada, alto y ojos rojos, se posicionó a lado del chico que aun tenía mi manojo entre sus manos, era nada mas y nada menos que el mismísimo Leonel William, el tercer hijo de la familia William y el pionero número 2 en la ciudad de Londres y la última persona con la que quieres toparte, un claro ejemplo de ello es la manera en como humilló a Regina, por su culpa Regina vive un infierno.

- ¡Ali mi amor! - dijo muy emocionado al verme, para después abrazarme.

- Es un honor verlo de nuevo joven William - se despego de mi y se paso a mi lado derecho para pasar su mano por mis hombros.

- Tan linda como siempre - me dio un beso en mi cíen - Hola Lucí - dijo al notar la presencia de Lucía.

- Joven William - contesto Lucía y Leonel paso también su brazo por sus hombros.

- Bien, ya que estamos todos reunidos aquí - junto a Lucía y a mi más a el - ¿Que tal si empezamos con la diversión? - sonrió malicioso.

Lucía le sonrió muy coquetamente y yo le regale mi mejor sonrisa, paso del cuello de Lucía al mío, donde empezó a olfatear lentamente mientras que yo le dejaba el camino libre cerrando mis ojos fingiendo sentir placer hasta que llegara a mi cabello donde se quedó por un ratito allí, al abrí uno de mis ojos mire de nuevo esos ojos amarillos que en ningún momento despego su vista de mi.

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11-03-19

"Black Clover"Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu